Me levanto aquí, inamovible,
sobre este pequeño peldaño, y solo aquí esperando, soy testigo a través de las épocas,
con este cuerpo Art Déco y el rostro inexpresivo, con esta espada entre mis
manos sobre este rollo de cinco radios…Espero, contemplo...
La simbolización es importante
pero pasa por alto, mi nombre es discutido; ¿fue Oscar
Nelson, por Oscar Pierce? O incluso
el rey Óscar
II.
La monopolización del mérito al séptimo arte está en una noche, en un comité,
en una opinión que se divide en muchas. Momentos que se nos dicen son
históricos, personas que brillan ante el reflector lejanas de la realidad del
resto del mundo, se concentran en un solo lugar, las llaman estrellas, y dejan
allí su imagen, esforzándose por ser inmortales, con un vestido, una sonrisa y
una fotografía, un discurso, y lágrimas y lágrimas.
Los demás son ajenos, en
verdad lo son, y no pueden sino imaginar lo que se sentirá ser observado por el
mundo, y sin embargo ver la tabla de los galardonados a través de la historia es
como ver una gran bandera de Estados Unidos, salpicados por algunos colores
distintos…
Marlon Brando, Roman Polanski, Steven Spielberg, Meryl
Streep, Robert De Niro, Anthony Quinn, Russell Crowe, Alfonso Cuarón, Alejandro
González Iñárritu, Leonardo DiCaprio, Morgan Freeman, Lupita Nyong'o, Francis
Ford Coppola, todos son nombres que a una buena parte les suenan conocidos,
pero yo los recuerdo a todos, reconozco sus rostros, su llanto, su risa, y un
momento de tensión y alegría en medio de una pantalla, en una gran sala, o en
una pequeña habitación…
Marlon Brando decía que actuar
es la expresión de un impulso neurótico. Es la vida de un vagabundo.
Pero hoy no podemos
asegurar que lo segundo sea verdad absoluta, talvez si acaso lo primero. Reconozco
a lo largo de la historia, la capacidad de algunos actores para transformar su
realidad y su cuerpo, viviendo en la vida de una persona creada en la mente de
alguien, existente en un pedazo de papel y un montón de caracteres. Se arruinan
la vida y la salud, se mueren por dentro, pues fingir la tragedia cuando no se
conoce resulta ofensivo. Así que allí se van, en una transformación interna que
los destruye desde el núcleo hasta la piel, dejando a otro ser tomar su vida.
Posesos se muestran a los ojos del mundo, y ser capaces de sentir esa tragedia
hasta los huesos siempre merece el aplauso de aquellos que pagan por dejar que
metan las manos en su cabeza, en un corazón palpitante, para acelerarlo, para
detenerlo…
Rostros que no vemos en esa
alfombra roja desfilan en los teatros pequeños de rincones perdidos en el
mundo, de cintas pequeñas. Mentes brillantes que imaginan nuevos mundos se
hayan flotando, creando momentos, que cambiarán la vida de alguien, las
palabras de alguien, yo estoy muy lejos de esos genios.
Las personas observan la ceremonia
por la televisión, y esto tiene que ver con un aspecto agridulce, sabiendo que
no todos son capaces de llegar a esa cima gloriosa. En dado momento uno se
pregunta qué tan real puede ser ese momento, si se construye de eso nada más,
de instantes y sueños. De rostros metamórficos, que con los años serán
olvidados, dejando nada más en su adiós, que un anhelo, una emoción, y
pretensiones que se hicieron verdaderas…
Gato Negro