Alatum



"Cantan los pájaros, cantan
sin saber lo que cantan
todo su entendimiento es su garganta."

Octavio Paz

lunes, 26 de diciembre de 2016

Erase una vez, fui un niño en México.

Estábamos en el mes de Diciembre, en plena temporada de posadas, el sol estaba por ocultarse y aun estábamos jugando matatena con huesos de Chabacano de multiples colores...

"Y de aquí a donde nos vamos" -dijo el Pitirijas.
"Pues a la posada de doña Concha" -Respondimos todos en coro.

Así, ya entrada la noche presurosos corrimos a la vecindad, no sin antes percatarme que tenía serios problemas con mis zapatos, que un su uso constante comenzaron a tener hambre y parecían morder desesperados el aire a cada paso.

Sin embargo al entrar a la vecindad; abundaban los lazos de lado a lado en el patio de doña Concha, verde y color oro, farolitos de papel y serpentinas, todo radiante, iluminado con focos que me recordaban a los que usaban los taqueros, focos de 200 wats que le quitaban la penumbra a la vecindad. Ahora todo estaba de fiesta...

Apenas llegamos a tiempo para empezar los cantos con San José y la virgen María; paseando por toda la calle mientras le seguíamos detrás como peregrinos, todos con pequeñas velas pidiendo posada, secretamente ansiosos por pegarle a la piñata y obtener los frutos que contenía; tejocótes, naranjas, jícamas, cañas y cacahuetes...

"¡A quien le toca primero!" 
                                            "¡Fórmense! ¡Formense!"

Del mas chico al mas grande... y "!Dale! !Dale" "Dale no pierdas el tino! Uno tras otro golpeando esos siete picos, hasta que héroe de esa noche, el famoso Pitirijas se adelanta diciendo...


"¡Yo la rajo!"

Casi al tiempo que le daba tan fuerte que estalló la alegría de toda la chiquillada...

Y a gozar,...
                    ¿Qué no a eso venimos?



Víctor Manuel. M.L.

jueves, 22 de diciembre de 2016

A paso rápido: Acción, Amor, reacción.

Corre la suerte de ser vestido con las representaciones escritas, las voces que lo cantan, las que tocan otros cuerpos. 

El amor es un concepto rara vez concienciado, lo damos por hecho, como el dolor y la tristeza, y en el afán de describirlo, los pintamos de colores, les damos sensaciones y los adornamos con flores, sin embargo después de tanta caravana, la realidad es que el amor es como esos sentimientos de núcleo, así como el dolor es inconfundible, el amor también debería serlo. 

Para los poetas es añoranza y desesperación...
                                                   Para los científicos una reacción...

Qué cosas no se han hecho en su nombre, que movimiento mas fuerte existe, si quisiéramos compararlo, es casi tan poderoso como la representación misma. 

Sin embargo hay personas que no sienten amor, que viven su vida en un estado neutro y lógico, como una maquina, toman la decisión lógica, sin reparara en el carácter horrible de su hazaña.

Es un control,

                     Es una fuerza.

El amor es al final una carga eléctrica, al igual que los sueños está hecho de plasma y sustancia, es un empuje, que se lanza y retorna.

                                  de forma inesperada... 
                                                                      o tal vez no...



Gato Negro



lunes, 19 de diciembre de 2016

Los restos...

        Y entonces el silencio reinó. En ese espacio alto rodeado de pilares y herrería, se notaban las flores abandonadas en el piso y la luz restante de las velas formando una cruz.

        El llanto había cesado hace ya tiempo, ahora solo estaba yo, mirando desde la oscuridad lo que restaba de esa profunda tristeza. Me parecieron distantes todas esas lágrimas derramadas y las palabras de aliento y desesperanza. Los rezos en trance y el color de la madera en donde él estaba. El brillo del cristal, su rostro en esa fotografía.

        Como seres humanos tenemos privilegios, pero ser conscientes de nuestra vida también nos hace conscientes de la muerte. La vemos pasar por un lado, llevándose a las personas que amamos y siempre hay una quietud extraña que viene después de la desesperación y la pena. Aun después de tantas veces, aun después de verlo tanto, cada despedida es diferente.

          Las circunstancias son cambiantes, el sentimiento, el horror, la resignación. Todo va de saber qué es lo que dejamos ir, qué es lo que hicimos, qué es lo que pudimos hacer.

        Los recuerdos vienen, sorpresas vienen y entre suspiros avanzamos con la gente. Entre ojos rojos y falsas fortalezas. Al final de ese desfile de formalismos, sólo se ha perdido algo, se ha ganado algo. La muerte es eso, un ente cambiante, como una persona, no luce igual después de los años; se avejenta, la conocemos y aun así, siempre es inesperada.

       Qué ser tan falto de amor e incomprendido, qué ser tan oscuro y tranquilo, qué alta y que bella, que lejana y próxima. Allí se queda, de pie a un lado de la cruz, observándonos desde la sombra cercana, soplando con su aliento frío y aromático, mientras la luz de las velas se consume.

       Se lleva agua y vida, deja polvo y luto. Se lleva debilidad y ansia, dejando espacio; una tierra fértil, en donde nacerá, cualquier cosa.  


         Jardinera de este mundo, te llevas las flores, dejando esperanza...


En memoria de mi abuelo.

A. I. Mendoza Seda




miércoles, 7 de diciembre de 2016

A paso rápido: La mirada triste.

Vi a través de la ventana a esa mujer indígena, llevando en su cuerpo las prendas de su hogar, como si fueran una carga.

        Observé a ese hombre de cara distinta tocar fervientemente un tambor, debajo de un cartel inentendible.

        Observé a la vagabunda caminando, lentamente con la mirada perdida y al anciano que curva ya su espalda. Vi al niño caminar de regreso a nada, y al perro sentado en una esquina. Me pregunté sobre ese hombre que mendigaba una moneda, observé sus ropas gastadas, los resquicios de un traje, incluso de una corbata. Ahora esa imagen pulcra estaba manchada y cansada, mientras sus manos delgadas sostenían una bolsa con un suéter y un poco de comida. Escuché su voz amable y perdida y no pude más que recordar a mi padre.

       Usualmente se ignoran los ojos tristes, esos que no tienen un hogar. Evadimos el mal olor y la mugre y pocas veces nos preguntamos como es que llegaron a ese lugar. Los observé hace pocos días y sentí que mi corazón se partía; pensando qué error tan grande, qué agonía pudo dejarlos desamparados en el mundo.

        Vivir en este mundo es difícil aun para aquellos que lo tienen todo.

La tragedia es la espada del karma.

        Qué historia tendrá esa mujer y ese hombre y ese pequeño animal indefenso que seca al sol sus heridas mientras todos caminan sin mirarlo.

        Qué historia los llevó a quedarse solos.


A ser abandonados...


A.I. Mendoza Seda

miércoles, 30 de noviembre de 2016

12

Fueron 12 horas
12 campanadas y 12 campanas.

El mundo se fue al abismo en 12 pasos.
El amor se cayó a pedazos
y la bandera del odio se izó al viento.
Fue a un hombre estúpido al que le dimos los rezos
y las plegarias puras, desaparecieron.

La compasión estaba pidiendo limosna
y negamos con fervor la sangre dentro de nuestro cuerpo.
El niño cambió la inocencia por la fruta y el vino
y de oro y plata se hicieron los ruegos.

La soledad se plantó en un mar de letras,
ya nadie comprendió a los poetas.
La risa se hizo violenta
y las sábanas espesas.

Fueron 12
12 pasos del hombre.
12 voces.
12 horas.


12 días…


A.I. Mendoza Seda

lunes, 28 de noviembre de 2016

Nadie, ninguno, nada...

Hay una roca que se arrastra por la marea
gastada, baila, cansada entre el devenir de las olas.
Entre el sonido estridente 
su agonía es muda,
su pesado andar es invisible
inexistente,
no importa.

Entre el espeso bosque que hay una mariposa que muere
su aleteo es lento
cansada se posa
entre los arboles de tibia corteza
bañada por el sol.

Su pesar es nulo,
ligero
inexistente
no importa.

No nos importa el perro que muere cuando nadie lo esta viendo
ni el gato que maúlla cuando nadie lo esta escuchando,
la muralla china fue construida hace tantos años, 
a nadie le importa que había en las manos del obrero,
sangre, gloria, amor...

El amor es un ente sin voz que anda
miope, como una enredadera
aferrándose a lo mas cercano
creciendo descontroladamente
pidiendo cada vez más
necesitado
desesperado
abrumador...

Logrará derrumbar un muro tarde o temprano...

A nadie le importan las lagrimas que no pueden contarse,
ni las propias.

A nadie nos importa nadie.

Nada importa nada.

Nada, ni siquiera al mundo.


Gato Negro





viernes, 25 de noviembre de 2016

A paso rápido: Mentira.

Vivimos entre ella, desde la mas inocente hasta la mas seria, se desliza sigilosamente, imperceptible a veces, bajo ese rostro tramposo.

La Mentira es una practica tan común como comer, tanto que incluso se asegura forma parte de el desarrollo de un cerebro sano, y de un comportamiento social correcto. 

A menudo la imagino como una niña traviesa y tímida, que corre de un lugar a otro intentando que no la vean, descalza y sucia, ha sido estigmatizada, haga lo que haga es mala, o al menos eso nos hicieron creer. Al final, después de tanto tiempo, nos percatamos que en realidad es asustadiza y nerviosa, hace tonterías cuando creen que van a encontrarla, da vueltas y vueltas, dramáticamente, fingiendo ser Demencia. Sabe bien que en el momento en que veamos su rostro, vamos a apedrearla.

Sin embargo pese a su carácter reprobable y las consecuencias de sus actos, como una persona tiene su lado bueno y malo, y muchas veces descubrimos que tiene una naturaleza en verdad noble. 

Crucificada...
                      Condenada...
                                            Incomprendida...

Es como ese ser que nunca deseo venir al mundo, que fue creado, en la marea, en la mente y el cuerpo de alguien, y que ahora simplemente existe, perdida, usada y negada.

Trágica...

Aún con ello, a veces sus manos temblorosas se acercan apagando el fuego de nuestros pensamientos con su frialdad, abrazándonos tiernamente, susurrando palabras de consuelo, que aun cuando pueden ser no ciertas, por un momento nos brinda Paz. Nos protege...

Así es ella, cambiante como la luna...

                                                         Menguante y creciente...

Hasta que en un momento de lucidez, entre gritos y llanto, o una expresión de soberbia, la echamos de nuestra vida. Así vive ella...

Trágica y escondida...

                                                                      Siempre...


Gato Negro

A paso rápido: Mentira.

Vivimos entre ella, desde la mas inocente hasta la mas seria, se desliza sigilosamente, imperceptible a veces, bajo ese rostro tramposo.

La Mentira es una practica tan común como comer, tanto que incluso se asegura forma parte de el desarrollo de un cerebro sano, y de un comportamiento social correcto. 

A menudo la imagino como una niña traviesa y tímida, que corre de un lugar a otro intentando que no la vean, descalza y sucia, ha sido estigmatizada, haga lo que haga es mala, o al menos eso nos hicieron creer. Al final, después de tanto tiempo, nos percatamos que en realidad es asustadiza y nerviosa, hace tonterías cuando creen que van a encontrarla, da vueltas y vueltas, dramáticamente, fingiendo ser Demencia. Sabe bien que en el momento en que veamos su rostro, vamos a apedrearla.

Sin embargo pese a su carácter reprobable y las consecuencias de sus actos, como una persona tiene su lado bueno y malo, y muchas veces descubrimos que tiene una naturaleza en verdad noble. 

Crucificada...
                      Condenada...
                                            Incomprendida...

Es como ese ser que nunca deseo venir al mundo, que fue creado, en la marea, en la mente y el cuerpo de alguien, y que ahora simplemente existe, perdida, usada y negada.

Trágica...

Aún con ello, a veces sus manos temblorosas se acercan apagando el fuego de nuestros pensamientos con su frialdad, abrazándonos tiernamente, susurrando palabras de consuelo, que aun cuando pueden ser no ciertas, por un momento nos brinda Paz. Nos protege...

Así es ella, cambiante como la luna...

                                                         Menguante y creciente...

Hasta que en un momento de lucidez, entre gritos y llanto, o una expresión de soberbia, la echamos de nuestra vida. Así vive ella...

Trágica y escondida...

                                                                      Siempre...


Gato Negro

lunes, 21 de noviembre de 2016

Memorias

El primer recuerdo que tengo es preguntando mi nombre.

        La constitución de la memoria tiene una forma personalizada, se puede calcular dependiendo de la edad y la formación del cerebro. Los recuerdos son escurridizos; entre luces y sombras, entre manos y cuerpos sin rostro y nada alrededor, remembramos sentimientos y palabras.

        Para pocos, extremadamente raros, es posible recordar los días de su vida, las fechas pasan en risas y llantos, entre preocupaciones y alegrías y muchas veces en caminos largos de parcos pensamientos. La educación hace parte del trabajo, adentrándonos en un sistema que ordena nuestra vida en un horario, en un salón de clases y caras conocidas. Mucho de lo que aprendemos en la escuela es olvidado, igual que ese tiempo, horas de letras y dictados, de risas y recados, de malestar, de sueño y uniformes.

        La globalización ha echado a perder el carácter espontáneo de la vida, ya no trascurrimos de la forma natural, buscando que hacer; ahora somos obligados a eso, desperdiciamos tiempo, la vida que se nos fue dada se nos va en obligaciones, en aquello que nos dicen es necesario. De manera preciada, guardamos solo esos recuerdos, de esos días distintos, de esos momentos que por un momento nos recordaron que éramos libres.

        Si pudiese redactar todas las memorias de mi vida, tan aburridas o interesantes como puedan ser, bastaría un solo libro para hacerlo, un libro que aunque fuese del tamaño de una biblia, no alcanzaría a cubrir una hoja por cada día de mi vida. ¿Cuántas horas he vivido? Puedo relatar en un cuento la acción de medio día y sin embargo la memoria esta limitada a olvidar cosas. ¿Qué habrá pasado el 21 de noviembre del año 2005 en mi vida? Qué habré hecho el año pasado siquiera, no puedo recordarlo.

        Tener la sensación de estar pasando el tiempo sólo por pasarlo tiene repercusiones agridulces, como todo demás organismo mi tiempo terminará en algún  momento. ¿Se preocupa el árbol de la misma forma? Por qué es importante entonces.

        En la bastedad de conexiones eléctricas se nos permite guardar pequeñas cajitas, en donde metemos un botón o un aroma, un sabor y una lágrima; son pequeños tesoros esparcidos en un montón de estímulos irrelevantes. La vida es un mundo de escándalos... Siempre lo ha sido, siempre lo será, estamos hechos para vivir y recordar y ser recordados, por breves instantes o por uno solo, uno que marcó la valía de nuestra vida entera, en nuestros pies y nuestros ojos, o en el universo entero.


Un parpadeo... Somos un instante.



A.I. Mendoza Seda

miércoles, 16 de noviembre de 2016

A paso rápido: Amable

Hoy en día pasamos de rostro en rostro como en una galería de largos pasillos, al llegar al final olvidamos como lucía la primera pintura.

        Los rostros de las personas se componen por un montón de medidas naturales, la biología hace de nosotros un ser adaptable. Ni el perro ni el cerdo se observan unos a otros, meditando en quien tiene el hocico mas ancho ni las orejas mas largas, pero el ser humano si lo hace y de vez en cuando nos sentimos con el derecho
al menos para nosotros mismos de juzgar la apariencia de alguien.

        Desarrollamos este comportamiento de convivencias hipócritas,  conductas y palabras que aprendemos a callar y decir solo lo que "debe ser dicho". Qué sería de la amabilidad si también fuese sincera, si en vez de quedarnos mirando nos atreviéramos a decirle a esa persona, "se te notan los calzones" no es amable acaso ¿hacer saber de una situación que desfavorece a otra persona? 

        Involucrar reacciones anímicas que afectan a otra persona de forma negativa se considera grosero. A qué se limita entonces la amabilidad de las personas.

Confort. Empatía, simpatía.... Sinceridad...

        Fijando mis ojos descubro las muecas, me percato que la amabilidad es casi una ciencia en estos días. Un carácter voluble cuya interpretación cambia de persona en persona.


        Aun cuando no amamos, es amable no rechazar cruelmente el corazón que se te ha dado sinceramente. No es acaso más amable, ¿no dejar que ese amor siga creciendo?



A.I. Mendoza Seda


martes, 8 de noviembre de 2016

Tormenta

La mañana lluviosa.

Amanece tu imagen
se forma en mi pensamiento al compás de gotas de lluvia
miro caer a través de la ventana
Imagino...

Son pequeños diamantes que el cielo da a las flores.

El verde de las plantas resplandece
en la niebla siento que veo a la tierra y al cielo unirse
a lo lejos siento los colores moverse
con cada gota que cae
siento que estás por llegar.

Quisiera que estuvieses a mi lado
mostrarte el azul del que miro este cielo
la melodía de la mañana que veo.

El cielo que felizmente sonríe
los pájaros que vuelan
a pesar de que el día no para de llorar
el frío trae tu recuerdo a mi mente,
y el día se llena de luz.

Toma mi mano
en el viaje que estoy realizando.

El día y la noche 
entre las nubes oscuras imagino tus ojos en mí
ven a mí
dentro de una flor que nazca en mi pecho.


Gato Negro


miércoles, 2 de noviembre de 2016

A paso rápido: Amada Catrina.

Este día se viste de gala una dama muy fina, muy cerca a lo que un pueblo mira como una reina, pues en su cabeza se posa altivo un gran sombrero coronado de flores. Sus ojos profundos se sombrean con pétalos coloridos, y en su boca firme se dibujan las lineas sinuosas de los labios ansiados. En su cuello delgado cuelgan grandes collares de perlas y de en su cuerpo estilizado se ciñe un hermoso vestido de terciopelo y encajes; dicen que esta dama tiene la cintura mas pequeña del mundo, y que sus piernas largas no necesitan de tacones para repicar, pero aun así vanidosa utiliza las zapatillas, para aun más altiva dejar ver su belleza. Su rostro es blanco, y el resto de su cuerpo también, tan liso y delineado que parece hecha de marfil y perla. Es amada, la mujer que conquistó la misma muerte, llevándose a los enfermos y accidentados con un dulce beso, con una hermosa imagen seductora y hermosa.

Su nombre pudiera venir de tierras frías y lejanas, y alude a su naturaleza inamovible, inalcanzable, cristalina e intachable. Hemos sido afortunados, los que en desvelos hemos imaginado sus palabras, pues es dama misteriosa, y sus palabras son parcas y sus sonrisas son pocas. Más este día sale a las calles y visita nuestras casas, y es nada menos que la mas importante invitada, entre flores amarillas y perfumadas, y entre intrincados tapetes de madera, entre platillos deliciosos, cabezas de azúcar y la luz de las velas, se posa tranquila mostrándonos su obra.

Genial artista, prodigio de la ilusión y la dulzura cruel, amada dama por los mexicanos, amada dama por los vivos, por los esclavos y los ricos, amada dama por un pueblo y el mundo entero, amada dama por la cera y el copal, amada por la muerte...




Gato Negro

lunes, 31 de octubre de 2016

Que censuren a los poetas

Que censuren a los poetas,
malditos mentirosos,
manipuladores del lenguaje.
Sabios eternos, amantes efímeros
¡Que los fusilen!

Hijos del egoísmo y la subjetividad,
De lo irracional y del libre albedrio,
Amantes de las falacias.


Que censuren a los poetas,
No hay mucho qué decir.
Esos alquimistas lingüísticos,
Reaccionarios de la verdad pura,
Nos han metido siempre:
el amor no es como ellos dicen,
Dios no existe en dios,
las putas no son tan puras,
la poesía no es universal.

Que censuren a los poetas,

que descansen en paz.



Alan I. Arenas Ruiz

viernes, 28 de octubre de 2016

28 de Octubre

Muchas verdades nos llevan en la historia a momentos en que algo cambió para todos. Por ejemplo el presidente Glover Cleveland inauguraba la estatua de la libertad en Nueva York, fecha festiva que fue diferente para los habitantes de la ciudad de Lima, que en 1746 vieron la ciudad destruida por un terremoto. En el mismo día en que fue fundado Harvard, también es el cumpleaños de Bill Gates y Jonas Salk aquel que descubrió la primera vacuna contra la poliomelitis. La muerte llegó para Rafael Alberti, poeta español miembro de la "Generación del 27", en la misma fecha que Jonh Locke, mucho antes murió en el año de 1704.

        Sin embargo para otras personas el día pasa desapercibido o tiene otro significado, entre vidas y muertes hay nacimientos que marcan la vida de las personas alrededor. Para algunos es anticipado, una persona que ya estaba esperando, una persona a la que conoceríamos toda la vida.

        La relación de los eventos simplemente es difusa, pero es necesario adjudicar el carácter simbólico de los hechos que son significativos para nosotros. Pudo haber nacido uno de los genios más grandes de la informática, o ser el día en que dos naciones se volvieron hermanas. Para mí es el día en que una persona vino a este mundo, tal vez alguien que recordará la historia, algo que está por verse.

        Puede ser una se esas almas, que según las teorías astrológicas vino desde un lugar lejano, impreso en un nuevo cuerpo, un alma vieja, que vino a enseñar algo.

       Las diferencias hacen de la humanidad su grandeza, pareciera que hay personas que están destinadas a ser opuestos, sin embargo en la complejidad de las cosas hay afinidades que no pueden romperse fácilmente, aptitudes y actitudes que se complementan, que retan e inspiran.

        Existe ese alguien que está allí por una razón, aunque sea a veces solo para sacarnos de quicio. La realidad es certera y para bien o mal forma parte de lo que somos y de lo que seremos en un futuro.


        Supongo que entonces es justo agradecer que esa persona haya venido al mundo, a ser parte de nuestra historia, a ser un recordatorio de que hubo un mundo antes de nosotros y seguramente lo habrá después. Recordar eso con alegría, un ciclo más que se ha superado en la locura, tomando el teléfono y escribiendo un "feliz cumpleaños..."



A mi hermano



A.I. Mendoza Seda

jueves, 27 de octubre de 2016

Bungou Stray Dogs

               Escrito por Kafka Asaguiri a cargo del guión y Songo Harukaga a cargo del dibujo; el manga de Bungou Stray Dogs tuvo su debut en el año 2012, pasando posteriormente a su formato de novela por los mismos autores en el 2014. En este año su versión en anime es producida por estudio BONES, dirigido por Takuya Igarashi.

        La historia nos presenta a su protagonista, Atsushi Nakajima de una forma bastante peculiar. Es un huérfano que fue expulsado del orfanato en donde vivía de forma cruel, llevándose con él, el constante recordatorio de ser no más que un estorbo, un ser que no merece otra cosa que simplemente vagar por allí hasta morir. Pese a esto Atsushi no parece complacido con la idea de simplemente perder la vida, por lo que entre su hambruna y cuando ya estaba dispuesto a robar a la primera persona que se le pasara por el frente para poder comer, se encuentra con un hombre flotando de cabeza en la corriente del río. Se queda un momento en la dubitativa de salvarlo, pero termina por sacarlo del agua a lo que emberrinchado hombre reclama el haber frustrado su intento de suicidio, posteriormente presentándose como Ozamu Dazai e invitandole a comer a expensas de la billetera de su compañero Doppo Kunikida.

        Consecuentemente Atsushi descubre que tanto Dazai como Kunikida son miembros de una agencia de detectives muy especial, conformada por personas con poderes sobrenaturales y que se encargan de los casos con los que la policía e incluso el ejército no pueden lidiar. Entre confusiones y mas preguntas que respuestas, Atsushi termina formando parte de la misma agencia, conociendo a las demás personas que la conforman y que poseen poderes al igual que él. Conforme pasa el tiempo, deberá ir conociendo y aprendiendo de cada uno de ellos.

      Tomando así el nombre de grandes figuras literarias, mayormente de Japón el argumento plantea en esta realidad la existencia de seres humanos con habilidades extraordinarias, que van desde transformarse en una bestia a curar heridas y crear realidades alternas en donde absorber a la gente. Esto por supuesto lleva a la realización de que así como hay gente que por sus propias motivaciones utiliza estas habilidades para hacer un bien social, también están aquellos que no corrieron con tanta suerte y terminaron perdidos, topándose de frente ambos caminos.

     Ciertamente, es motivo de atención la intención que engloba la historia, la vida no es un montón de sucesos trágicos, ni un sinfín de felicidad, es simplemente así, con buenos y malos momentos en donde cada experiencia nos hace sencillamente lo que somos. Pese a que muchas veces el trasfondo de nuestra melancolía, nuestra crueldad, o nuestra motivación viene de un pasado tan complicado o simple, son los pasajes que recorremos lo que hace nuestro proceder correcto o incorrecto.

        Bungu Stray Dogs, es uno de esos anime, que mezclan de forma homogénea la comedia de la vida cotidiana, inmersa en las situaciones con la crudeza de la tragedia y la lucha personal de las personas que se ven inmersas en ella. Al final cada uno tiene un impulso que los mueve adelante, que los consagra a sus creencias y a sus decisiones, en donde es posible ver pese a la cualidad sobrenatural de sus cuerpos, ese perfil sensitivo que los hace tan humanos como cualquier otro que camine en el mundo.


A.I. Mendoza Seda

martes, 25 de octubre de 2016

María

Lamentamos tu muerte María.
El adiós flácido,
tu puño de palabras ahogadas en silencios.
Extrañamos las pausas eternas de tu vida.
Tus estrías faciales,
tus dentadas carcajadas,
tu soledad inseparable.

Decías María
que cuando uno se detiene,
cuando se queda estático,
uno se va muriendo poco a poquito.
Por eso María
nadie te alcanzó.
Un poco de eternidad
tenían tus ojos María,
profundos, oscuros , huecos…

Te extrañamos María;
"sonríe a la  tristeza" decías
pero dime cómo,
si la si la grietas no cesan,  no sanan.        
La hemorragia incesante
me recuerda la mortalidad.


Te extraño y te odio María.
Con todo el dolor de mi soledad.





Alan I. Arenas Ruiz



viernes, 21 de octubre de 2016

Un mundo feliz

        Desde tiempos ancestrales, el orden social ha sido influido y definido por una connotación jerárquica. Existe un grupo reducido de personas que ostentan los privilegios, mientras que una sección más numerosa debe vivir sujeta a limitaciones y conformismos.

        En la naturaleza caótica del hombre se mueve el bien y el mal constantemente, conceptos creados por decretos dogmáticos. Lo que para algunos es malvado, ruin e indecente, para otros, no forma parte más que de la simple cotidianidad.

        ¿Qué pasaría si la percepción del hombre fuese uniforme? Qué pasaría si la conformación de esas ideas se unificara en una misma. Una en donde los órdenes jerárquicos no fuesen más que naturales y el pensamiento y las pasiones desaparecieran bajo un manto de orden y control.

      Mucho tiempo el hombre ha perseguido grandes ideales y las corrientes estéticas del pensamiento se han reinventado constantemente en contradicción y evolución una de otra. La ilusión del libre albedrío es perseguida y añorada para muchos, para otros es aquello que finalmente nos hace humanos, distintos de los demás mamíferos en la tierra.

      Los lazos consanguíneos son sagrados, la idea de la fidelidad y el sufrimiento. Pensamos pues que no podemos vislumbrar un mundo en donde la luz no exista sin la oscuridad y en donde la alegría no es un estado permanente, sino preciado; en donde la crueldad y la maldad son un recordatorio constante de nuestra imperfección y nuestra mortalidad.

      El cerebro está constituido de esa manera, en constante contraposición de opuestos. Y es por ello que Un mundo feliz de Aldous Huxley retrata maravillosamente un fenómeno íntimo para su lector.

      Un mundo feliz de Aldous Huxley, nos lleva de la mano como aquellos estudiantes que aparecen en el primer capítulo, a un mundo perfecto. Nos lleva a la realización de la sociedad perfecta, un lugar en donde los niños ya no nacen de una madre, sino que son creados y condicionados para un propósito específico.

     La sociedad se ha compuesto en un orden que va desde las clases privilegiadas, los “alphas” aquellos que conservan en mayor parte su capacidad de reflexión e “individualidad” y ocupan los puestos importantes en las corporaciones que llevan el orden social. Hasta los “épsilon” que se reducen a personas uniformes, condicionadas a realizar el trabajo mecanizado y con menos necesidad de atención.

      En este lugar en vez de un dios todopoderoso existe la adoración a un ser mortal, que trajo la verdad de la ruina de la civilización y su cura. Los niños en vez de recibir una educación individual en casa y construir un sistema de creencias basándose en su propia experiencia, son condicionados de las formas más crueles como el electroshocks, hasta más sutiles como el condicionamiento por repetición.

     En este planteamiento, la espontaneidad, la necesidad del caos del pensamiento humano es resistente. Las necesidades primitivas y dañinas son recurrentes y en ese caso, existe la forma más novedosa de medicina, desde “un sucedáneo de embarazo” hasta la píldora que lo soluciona todo, el “soma”; un medicamento capaz cambiar la realidad y el pensamiento turbado, a un estado de sensaciones agradables, en felicidad.

     Nos enfrentamos al descubrimiento de la palabra “madre” como algo asqueroso y la idea de la promiscuidad como algo saludable. Nos encontramos inmersos en la mente y el sufrimiento de un hombre “salvaje” en el que encontramos el inexplicable alivio de la cordura y lo irracional. En donde volcamos nuestros sentimientos de tedio y ansiedad.

    Cómo podríamos en nuestro pensamiento egoísta e individualista comprender, la idea de conformarse con lo que los puestos de poder nos dejan. Pensar en un lugar en donde fuésemos controlados, condicionados a lo que necesitamos, a ser parte de una cadena de eslabones que funcionan solo para mover los engranes de algo mucho más grande que nosotros. Cómo podríamos estar condicionados a la idea de un dogma que nace del pensamiento de unos cuantos, a adorar la visión de una persona como única verdad, a ser manipulados sentimental y físicamente con un medicamento. Llegado a este punto es necesario preguntarse ¿habrá Aldous Huxley realmente descrito el funcionamiento de una sociedad imaginaria? O solamente potenció la verdad que todos sabemos, aquella que de forma condicionada, nos negamos a aceptar. ¿En verdad somos seres libres? ¿En verdad estamos en el lugar en dónde debemos estar?


A.I. Mendoza Seda



martes, 18 de octubre de 2016

Norteño


Sin previo aviso el grupo comenzó a tocar, traían unos sacos negros con flores blancas bordadas, texanas y botas de piel picudas. Cantaban a dos voces, con acordeón, guitarra, bajo y tarola. La orquestación tronó en el aire y algunos peatones se pararon a escuchar afuera del bar. Yo aplaudía y gritaba entre tragos de cerveza Tecate. Aquí no existe otra cerveza, quizá otras con nombres en ingles pero nada más, es como agua con un chorro de vinagre de manzana, pero en fin una persona como yo sabe que una cerveza es una cerveza, ya sea en el norte o en el sur.
            El norteño tocó canciones clásicas como “Tres amigos” “No hay novedad” “Una página más”, “La calandria”, “Laurita garza”, “La venganza de María”, yo pedí que tocarán “Camelia la texana” pero no aparecía en su repertorio, así que el grupo me obsequió otra, entonces aquella música se convirtió en nostalgia. Todo eso se vino en mí como un puñetazo de imágenes y sentimientos. Pensé en el polvo, en los ranchos con sus gallinas cacareando en el patio, en la cruda de un cumpleaños, en la niñez cuando mis tíos llegaban del norte y bebían. Me abrazaban porque era niña, porque ellos tenían años que no disfrutaban de la libertad de cantar una canción y amanecerse afuera de una casa sin ninguna ley que lo prohibiera, porque todo el año habían ahorrado y trabajado como bestias para poder volver a escuchar un corrido como cuando ellos habían sido niños.
Recordé a mi tío Beto y su diente de oro, el gran poster de Los cadetes de Linares en la entrada de su casa, recree aquella canción donde el canario ya murió y la fuente se secó, pensé en mis amores caídos, las ausencias, el vació de la casa que ya no tengo, el vagante destierro. De nuevo mis tíos que se fueron más de treinta años al norte de indocumentados, en los miles de litros de cerveza que han bebido a salud del trabajo bien pagado y explotado, a sus alfombras y sus calles de asfalto, en las canciones de los Tigres del norte y su Jaula de oro, que aunque la jaula sea de oro, no deja de ser jaula.
            En “Jacinto Cenobio”, de nuevo la ausencia, el destierro, la miseria y la muerte. También recordé los velorios, aquellos donde bebí como las grandes mientras llorara por dentro y por fuera porque mis ojos nunca más volverían a ver un ser querido, pero la música norteña seguía tocando porque la vida no acaba con un entierro, porque esa música se hizo para soportar, para no rajarse aunque el alma se nos quiebre.

            Las tortillas de harina no podían faltar en mi recuento nostálgico, allí estaba mi amigo Albertura ofreciéndonos el sazón de su mamá en forma de tortilla porque es de Chihuahua. Las tortillas de harina que hacía mi tía Toña acompañadas de chocolate Moctezuma. Mientras el grupo norteño anunciaba que tomaría un descanso yo seguía aplaudiendo, dibujando en la memoria una bota que aplasta el polvo, un acordeón acariciado velozmente por unas manos fuertes, un sonido que describe nuestras andanzas populares, nuestra eterna nostalgia alegre. 



Trompa de Mosca

viernes, 14 de octubre de 2016

A paso rápido: Contra

"Sólo no me gusta que me digan que hacer..."

Una frase simple, que saltó durante un programa de televisión, no fue importante en ese instante, pero repicó en algo,  hubo algo que respondió al instante, un pensamiento, como esa verdad absoluta, que en este mundo globalizado, resulta en tan tedioso defecto.


Una sensación paralizante, de fastidio nace cuando hay alguien pisándonos los talones, supervisando lo que hacemos, lo que decimos como hacemos las cosas, como si fuésemos estúpidos incapaces de tomar una decisión.

Haz de esta forma... 

                                                                             Hazlo así...

Una extensión de un cuerpo ajeno, a la voluntad de otra persona, siguiendo sus sueños, su forma de hacer y pensar, mientras el pobre imbécil, no es más que un idiota que entre tratar de complacer al mundo y a lo que resta de él, ni siquiera tiene tiempo de pensar que es lo que realmente quiere.


No será culpa de nadie, será nuestra...


Quiero que me dejen en paz...

Largo de aquí...


Gato Negro

miércoles, 12 de octubre de 2016

Insensibilidad

Durante los últimos años he notado un evento curioso. La sangre de mi cuerpo no fluye de la misma forma.

        Siempre he tenido un transito pesado, mi padre tiene la sangre espesa y desde joven mi madre que es enfermera, sostenía fuertemente uno de mis dedos, calculando el paso del tiempo en que esa yema pálida volvía a la vida. Nunca fue alarmante el paso de mi vida, iba con el correr del tiempo y esa sangre espesa me hacía sentir fuerte, sólida, difícil de mover.

        Ahora con el conocimiento que siempre nos aqueja, me doy cuenta de que esa sangre se estanca cuando mis músculos se presionan, un brazo, una pierna, y por un momento hay insensibilidad.

        ¿Qué bloquea la sensación de mi cuerpo? la oxigenación, la ironía de un organismo tratando de entenderse sin conseguirlo. Al final despierta, entre un sentimiento de extrañeza que oscila entre el dolor y la cosquilla, una analogía graciosa del efecto que viene siempre, cuando no se encuentra entre vasos sanguíneos y lugares microscópicos.

        Por el mismo efecto somos insensibles a muchas cosas, ver morir a una persona no nos causa gran exabrupto. Lo sabemos en las noticias, lo leemos en los libros y lo vemos en las películas. Es distinto cuando sabemos que es real, se convierte en un obstáculo difícil de superar, una píldora difícil de tragar. Pero llega un momento en que después del llanto y la ira, y la negociación viene un momento de paz, se adormecen nuestros pensamientos, la sensación palpitante del pecho, por un instante no somos, solo existimos y entonces todo cae, como ese brazo, esa mano y ese pie, despertamos de a poco confundidos, vacilantes, errados en que sentir, hasta que el malestar llega y nos sumimos en esa agonía de unos momentos, en donde nadie debe tocarnos.

        Somos insensibles a la risa inocente y los amaneceres, a las noches y a la luna llena, a las estrellas.

        Cuál es la función de la insensibilidad, cuando sus efectos parecen siempre relacionados con un efecto negativo y necrótico. Si asumimos que el mayor problema del ser humano es el dolor, la insensibilidad es una función nada más que piadosa.



        Evasiva y tramposa nos ayuda a brincar sin temor a caer, a pasar el trago amargo, sin miedo ni patetismos, sin dudas. Conforme el tiempo avanza, nuestra vida se desgasta, se vuelve obsoleta y complicada, llena de todo y de nada. Esa insensibilidad avanza, tal como ahora yo lo siento, en mis brazos, en mis piernas, hasta en mi pecho cuando veo un rostro en lágrimas o una historia romántica. El dolor no está, porque esa insensibilidad vive en nuestros pensamientos, en la tragedia de todos los días, uno tras otro, hasta que el final venga, hasta que un agujero se habrá en el cielo o en la tierra, y allí estaremos todos despertando de nuevo, como esos dedos, entre risas y llanto, entre dolor y confusión, deseando, que todo pase y nadie nos toque.


A.I.Mendoza Seda



lunes, 10 de octubre de 2016

Conejos



Este artículo debería llamarse autoexilio, en vez de conejos, y no debería llamarse artículo sino más bien carta, porque en este artículo-carta te comunico que aún no he llegado al mar. Después de millones de intentos fallidos, con doscientos mil pares de zapatos rotos aún no logró divisarlo. Sé que he estado a punto de hacerlo, lo huelo en el aire, pero aunque lo he tocado en sueños aún no llego a él. He recorrido paisajes extraños, he pisado la arena y también la brisa salada me ha tocado la lengua y un poco el ombligo… ¡Mi lengua y ombligo saben a sal, pero aún no llegó el mar! A cambio de eso he visto dunas agrietadas por el viento, conejos gigantes que de un salto derriban montones de arena blanca. No, no son liebres de marzo, estoy segura, son conejos que disfrutan de la luna en esta soledad, que escuchan los ecos del sur, tal vez tus ecos, tus ronquidos cuando duermes pensando en máquinas voladoras. Estos conejos gigantes no traen reloj, solo alma, porque ellos tienen de sobra, porque ellos se alimentan del silencio, de la arena y sus cactus, del privilegio de las tierras vírgenes que yo estoy descubriendo. Zizar los persigue, pero al hacerlo sus patas se lastiman porque en este suelo hay plantas que parecen erizos; espinosas y redondas. Entonces Zizar apacigua sus persecuciones, y yo tengo que arrancarle estos erizos vegetales. Descansamos, dejamos que los enormes conejos se salgan con la suya. Desde este autoexilio Alabama Shakes se ha introducido a mis oídos con nuevos colores y matices que se encienden como luciérnagas. También he escuchado otras voces que me dan calma, la calma que tenía años no sentía. Aquellos gritos que alimentaban mi miedo y desesperación no han descansado, por fin he empezado a aceptar que nunca lo harán, que crecen y que aquí son más libres, se alimentan mejor, tal como los conejos que he encontrado. No sé qué tan grande crecerán pero lo que si estoy empezando a saber es que están más tranquilos mientras los dejó ser, porque tú sabes que sucede cuando los reprimo. Quizá pienses que estoy mejor, tal vez si tal vez no, pero creo que cualquier lugar está listo para conocerse,  no puedo encontrarme a mí misma en un mismo lugar, estática. Quizá nunca me encuentre por completo, pero mientras la vida trascurre y mientras estos conejos los míos y los de este lugar sigan acrecentando su panza y sus zancadas yo disfruto lo único que puedo tener en este momento. Devoro con cuchillo y tenedor filetes de aire, porque aquí lo que sobra es eso, tengo la alacena repleta de aire y de silencio, esa es mi dieta últimamente. Por otro lado está bien que aún no haya encontrado el mar, eso significa que aún tengo que buscarlo, tampoco te he perdonado  y mientras no encuentre el mar, tengo oportunidad de hacerlo, de perdonarte, de aceptar quién eres y quien soy, sin problemas, sin sentir asfixia, sin lamentos de perro atropellado. Lo de los conejos es mágico, hubiera querido arrancarme los ojos para aventártelos, así podrías mirar cómo mueven sus enormes orejas. Ya sabes cuánto admiro a estos animales, mis creencias acerca de que ellos encarnan la locura. Deduzco que si los veo en tal cantidad y tamaño me auguro que la locura no me ha abandonado, que es la ruta para reencontrarme, reencontrar a la niña que hablaba sola mientras inventaba personas que aún no existen, la que creía que las moscas enviaban cartas y postales desde la India. Es por eso que al llegar a este lugar donde el sol se posa como un gran dije del cielo comencé a bailar; Zizar, las nubes, el aire y yo hicimos una coreografía basada en el vacío. Para agregar más información o más bien para desahogar mi alma atestada de silencio, te aviso que he comprado un conejo de yeso pensado en la cafetería que un día imaginamos hacer, aquella que tendría de tema Alicia en el país de las maravillas. No sé si lo recuerdas y tampoco sé porque a mí los recuerdos sencillos se me entierran como espinas, en fin, allí está junto a mis nuevos cuadros de pintura danesa, junto una ballena y una fotografía de un avión desintegrado. Cualquier cosa nueva es buena en este momento, cualquier palabra suena diferente en este autoexilio, ahora los conejos se convirtieron en nuevas esperanzas de auto reconciliación, porque aún no me he perdonado. Estos conejos que mis ojos admiran se trasforman en hazañas bellas para seguir admirando la vida y no morir. No quiero morir. Más que nada, espero que eso te haya quedado claro cuando me fui, no quiero vivir a medias, a medias ni las naranjas son buenas al menos que se compartan. Pero para compartir tenemos que creer que existe otro, y más que nada uno. Creer que estos conejos existen, ¿me crees? ¿los miras también? Yo sí pero aún me falta tener más fe en mi propia existencia, tanta fe que logre iluminar a estos conejos, a mis conejos monstruosos, aquellos que jamás lograré domar, pero quizá con mucha práctica aceptaré. 


Trompa de Mosca

viernes, 7 de octubre de 2016

A paso rápido: Los ojos del mundo.

Los ojos del mundo los tenemos nosotros.

        El perro mira de forma devota, su mundo es distinto, como muchos observan a un ídolo, a un santo, a un amor. No hay mirada más traslucida que la de un animal y mas confusa que la de un ser humano. A pesar de ser de la misma especie fallamos en entendernos, lenguas extrañas, acciones mal interpretadas, palabras con tono, ojos muertos, vivos.

        Un niño comienza a mentir a edad temprana, antes de saber hablar sabe ya como engañar a su madre y es ingenuo pensar que las cosas ocurren de otra manera. Los seres de este viven y destruyen, se unen a la tierra y desaparecen en ella y aun cuando la sensación de la vida corre por cada una de las células que los constituyen, nosotros, con esa voz interna que nos habla en nuestra lengua, nos dice, es testigo, de nuestra existencia.

        La historia y la predicción lo dice, las acciones acontecen en nuestros pasos, solo de nosotros. El ser humano tal vez es demasiado arrogante como para pensar que el mundo se mueve con su destino.

        O tal vez no...


        ¿Quién es entonces el creador de este mundo?




A.I. Mendoza Seda