Alatum



"Cantan los pájaros, cantan
sin saber lo que cantan
todo su entendimiento es su garganta."

Octavio Paz

jueves, 29 de junio de 2017

A paso rápido: Terco

       Escuché el sonido de las campanas, anunciaban que la misa empezaría.

        Remonté a mi formación, a la creencia popular del cielo y el infierno, al miedo de desafiar a un ente poderoso que empequeñece al hombre, que mueve al mundo desde el inicio de los tiempos. El respeto aflora como el perro sumiso respeta al grande. Pero hay algo en el fondo de la razón que aflora, que muere con palabras necias.

Se resiste a irse.

       De pronto, observar a aquellos que portan su palabra haciendo una estupidez ya es cotidiano.

        Ridículos.  Idiotas.  Traidores.

      La interpretación de un libro antiguo, es venida a conveniencia. Cuando es malo "no es lo que parece". Las cosas nunca son literales, excepto cuando lo es... " Dios dijo solo hay hombre y mujer"

Absurdo.

      La palabra escrita por el hombre es del hombre. La palabra dicha por el hombre la dice el hombre.

Todos los hombres saben mentir.

     Es mentira decir que nada es mentira. Ya es una farsa. 

Un circo.





Nocturno

lunes, 26 de junio de 2017

Agnóstico

Me acuso de negarlo
de apartar de mi rostro la luz.

Me acuso de desafiarlo
de aceptar la palabra de aquel que se opone.

Me acuso de sabotearlo
de alejarlo
de burlarme de su legado.

Me acuso de dudar
y de aceptar su inexistencia.
me acuso de cambiar su nombre.
Dejarlo del lado.
Inseguro lo he ignorado.

Sin embargo aun llamo su esencia
sus palabras vienen a mí
en el estado de dolor y angustia.

Me acuso de ser hipócrita
me acuso de todo.

Soy lo que soy
el hijo que todo lo transforma.

Si es verdad que existe
fui moldeado por su existencia
soy lo que soy.
Aquel que duda.


Gato Negro



miércoles, 21 de junio de 2017

A paso rápido: El gato muerto

        Fue la imagen lastimosa de un animal muerto. Hubo una de esas muertes, de esas que son dejadas al sol, que a nadie le importan hasta que apestan.

        Lo había visto, la quietud de una criatura insignificante para muchos. 

        Pero había en esta algo distinto en este cuerpo, las otras muertes me llevaban a apartar la vista, esta me detuvo incluso un momento.

No era la expresión violenta.

No había sangre.

No había dolor.

        Parecía que estaba durmiendo, su rostro estaba lleno de paz. Recostado por un lado, yacía inmóvil con unos pocos pelos revueltos y nada más.

        Se activó algo que me gustaría justificar como mejor que el morbo. Pero mi mente se quedó anclada en su imagen, en la pregunta de su muerte.

        De qué habría muerto ese gato que tranquilamente se tendía a la mitad de la calle. Cuáles habrían sido sus últimos momentos ¿en verdad no había sufrimiento? Sin embargo dejado a la intemperie, es difícil imaginar algo distinto. O tal vez era mi mente la que pujaba para creerlo. Caí en cuenta de ello, que era yo la que harta de muerte, había encontrado algo parecido a la esperanza en su expresión lánguida. 

Quise creerlo.

Que la muerte piadosa existe en todos lados como Dios.

       Fue una ilusión, pues cuando regresé al paso, solo unas horas habían bastado... El gato ya comenzaba a estar inflado y en su rostro había un vestigio escarlata trazado por la sangre.

Era un momento de dolor.
Este es el mundo.

Es como es…


A.I. Mendoza Seda

lunes, 19 de junio de 2017

Brújula...

Altas las palabras que se dicen
el día que se es consciente 
que existes.
Tu nombre cambia.
Eres morador del hogar
la fuerza de gravedad
o el satélite que desapareció un día.

Qué anécdotas pueden contarse
de palabras con voz grave
de esas, que nos levantan
nos ponen en el camino
mientras nos secamos las lagrimas.

Agridulce puede ser la imagen
que queda en el recuerdo fijo
de esas manos fuertes que hicieron falta
que se alejaron antes de tiempo.

Pero está presente
conforma un carácter
o una ausencia
que se marca
que define.

Función activa que da origen a la vida.
Ser fuerte que ama, 

olvida.


Nocturno






jueves, 15 de junio de 2017

Libre…

      Y pensé mientras estaba allí herido esperando la muerte, que tal vez, fueron las aves las que inspiraron al hombre a mirar por vez primera el cielo. Mas no por el ave, sí por el vuelo.

    Qué metáforas fantásticas ha inspirado el aire, en esa bastedad de azules que fluyen, que se mueven a destiempo alejados del mundo, de la tierra y los pies. Del estrepitoso sonar de los cañones, de esa bandera que ensangrentada ondea entre la humareda, que contrasta con esas damas blancas en la altura. Danzando se mueven al paso de aquel que es libertad, de aquel que es caricia calma o abrupta…

    Del viento…

    Curiosa existencia del elemento vital, cuyo soplo se adentra en las plumas. Sustancia invisible, dios que arrebata los alientos llevando la voluntad de los deseos. Fuerza en movimiento, pensamiento del mundo, sinapsis de lenguas que vagan en las memorias de Gaia.

    Guíanos al estado perfecto de las historias y a la existencia volátil y efímera, a la la fuerza capaz de mover el orden de las cosas. Elemento voluble, somos tus hijos, todos nosotros estamos hechos para seguirte y en tu búsqueda es que vamos. Me uno a ti con el eco del último suspiro, que nace de las profundidades de mi ser y viaja en tu cuerpo, y se extingue…


A.I. Mendoza Seda

martes, 13 de junio de 2017

A paso rápido: Lluvia de verano

Me encontré caminando en un prado vacío. ¿Será que son sabios aquellos que dicen que este mundo es un espejismo?

Vemos
Ansiamos
Perdemos…

Y abrí los ojos, y la vida se me fue en un suspiro....

Aire que se elevó y se perdió en el cielo. Allí en donde las nubes se atascan, en los límites entre esta realidad y el universo, donde el agua se condensa, y cae estrepitosamente en un escándalo, es un bullicio, un recordatorio de la infinidad de todo...

Es difícil, pensar en la importancia de algo cuando está hecho de cascarones vacíos, ¿es también esa una ilusión? El peso de nuestra existencia, esa importancia que cae sobre unos cuantos.

Y fuimos
Y somos
Y dejamos de ser.

Así el reloj del mundo camina, dejando gente como flores deshojadas en una alfombra carmesí, se vence la obra incalculable, cuando llega el momento de ser olvidados. Se parte la vida con un rayo, con ese plasma que nos hace cambiar, con el que mutamos, en un ser, que siente, y que vive, extrañamente.

Somos lo que somos


Las hojas que nacen y caen en el otoño. Somos a veces, las que se derrumban con un vendaval en las lluvias de verano…


Gato Negro

jueves, 8 de junio de 2017

Sueño de lluvia


De tanto en tanto
tengo la costumbre de soñarte…

De abandonarme al hambre
de sueños turbios y agua fría.

Entre sabanas azules
camino entre nubes
y ansió tu recuerdo y la imagen tuya
escuchando el sonido de la lluvia.

Ese pesar tan lento,
que vivo cada día
se avecina rápido
cuando mis ojos se abren al tiempo.

Y en ese brisa matutina encuentro tu ausencia
mece las cortinas
y el gris melancólico
me entra por las retinas.

De tanto en tanto falsa sombra
me aferro como un adicto a tu figura
tengo la mala costumbre
de tanto en tanto

de soñarte.


Gato Negro



miércoles, 7 de junio de 2017

A paso rápido: La lumbre

        Se condensa la humareda a lo lejos, cubriendo el horizonte y el verdor de los arboles. Dicen que es, obra de la ambición del hombre, tomamos porque pagamos, y nadie nos dijo que era nuestro, solo lo pensamos.

        La tierra se cansa, esta harta de ser tratada como una prostituta. La profanan, la siembran y la profanan y la siembran, y queman sus pieles y drogan sus tierras.

Al grito mudo de dolor profundo.

        El sol cae, la humedad se impregna en la piel en un estado permanente. Caminamos, nos movemos, sentimos como el calor entra y la cabeza nos da vueltas. Nos cegamos con la brillante luz que parece ensordecer todo, mientras a lo lejos, un hombre de aspecto ridículo y mucho poder lo niega todo.

Me importa una mierda el mundo.

Dinero.

        Nos quemamos lentamente, nosotros nos hemos prendido fuego y hervimos en nuestra propia carne, nos ahogamos en nuestro propio aire.

        Desesperados, vivimos, comenzamos a ver, como todos estamos poco a poco en el infierno.

Ardemos en ira y vicio.


Merecemos arder...


A.I. Mendoza Seda


martes, 6 de junio de 2017

Veo, Quiero, Necesito...

   La valoración de un individuo varía de los estándares culturales bajo los que vivimos. Como ser humano, experimentamos día a día un mundo globalizado. He crecido, influenciada por los preceptos que delimitan una vida exitosa.

    La contabilización de las cosas que deseamos, se nos han impuesto dentro de los parámetros educativos. Desde niños vamos llenando una lista mental de lo que debemos tener y la estabilidad económica, de la estabilidad emocional. Todos dependen de lo que se considera dentro del concepto del éxito. Queremos cosas porque las necesitamos, las necesitamos porque se nos enseñó a necesitarlas. Necesitamos una casa, muebles para esa casa, luz eléctrica, una estufa, un refrigerador, una lavadora, agua caliente, comida almacenada, televisión, y un agregado de servicio de internet para estar conectados con el mundo.

       Espiritualmente la comodidad que sintamos depende del amor que recibimos, de la persona que está a nuestro lado. El concepto que creamos de nuestra persona nos importe o no la opinión ajena se basa a la experiencia, la abstracción de nuestro carácter, la introspección de nuestras palabras y la expresión de nuestro cuerpo y rostro. El génesis de nuestro valor y cobardía están impresos en lo que interpretamos de este universo holográfico, en donde nuestro cerebro hace conexiones, se fuerza a dar sentido a todo, deduce que la vida es eso que vemos y nos confundimos cual niño cuando alguien lo ve diferente. Las interpretaciones de esas personas esas que están en las puntas de la campana de Gauss son extrañas, porque el cerebro tiene funciones delimitadas. Esos que salen por opinión o acto son lo más parecido a lo que encontramos en nosotros como un defecto de fabrica.

       ¿Pero qué hace el proceder del ser humano uniforme? ¿Es la misma naturaleza del funcionamiento de su mente? ¿O la capacidad empática que tiene para expulsar y absorber datos de su ambiente? La experiencia del otro se concentra en un datos, como quitar la mala hierba de una maceta quedándonos con la flor. Y la comparamos con la que tienen los otros, y queremos la del otro.

          La necesidad marcada de pertenencia es ver e interpretar, lo que el otro tiene, qué hacer para ser igual. Y entonces pasamos de un punto practico a un deseo de mejoras frívolas e inciertas. “Si tuviese un mejor auto, podría recibir admiración de las personas de la oficina” “Si fuese bonita, las personas me admirarían y me amarían” “Si tuviese dinero, no tendría que trabajar todo el día”

    “Si tuviese…” “Si pasara” “Si…”
        
        Condicionado, crecemos, necesitamos. Vamos tachando cosas de esa lista, de eso que hemos aprendido, que hemos querido necesitar. Somos prisioneros de nuestro deseo de tener más, de controlar, de querer, de amar, de odiar. Somos esclavos de la ambición y la necesidad falsa. Somos así, o así nos moldeamos.



A.I. Mendoza Seda

lunes, 5 de junio de 2017

No desperté

Y ahora estoy en la alborada triste
en la fruta que cuelga de la tormenta
de gotas que se deslizan por pieles suaves
y alegrías amargas.

Me comí un racimo de rosas purpuras
cubiertas de miel negra
y las abejas danzaban en vueltas
alrededor del sol.

El reloj que se vierte en la mesa
y los gatos que saltan en montón
traviesa niña de ojos quietos
cabellos suaves de algodón.

Y no podía mover mi cuerpo
porque una novia de luz me oprimía
y solo mis ojos se abrían
y no desperté

No desperté estaba allí dentro
en mi mente de laberintos huecos
en donde el huevo se crea primero

en donde soy, y no conozco.


Nocturno


jueves, 1 de junio de 2017

Niño que duerme


Jardín de rosas imposibles
brillan en la luna llena
rocío de gotas pequeñas
en el prado tintineante.

Mi abuelo decía sobriamente
que las joyas están malditas
que se roban el brillo del sol
que se roban el brillo de la luna
que se roban el brillo de un alma.

Canción parlante y elocuente
se canta sola en la garganta de una rana
y las chicharras se agitan
y la lluvia viene en un monzón.

Se oye el grillo
se oye el perro
se oye el gato
se oye la noche.

Canción de cuna
niño que vuelve a su cuerpo
acunado en la oscuridad
sabanas y dichos
memorias flotando

y sueños, y suspiros.

Nocturno