Alatum



"Cantan los pájaros, cantan
sin saber lo que cantan
todo su entendimiento es su garganta."

Octavio Paz

jueves, 14 de diciembre de 2017

Feliz Navidad

Es entonces la calle un sumidero, una calle que emana la torpeza de un zapato sin suela. Se devisten los vecinos en el cuarto, donde se electrodan sus misiles, donde tantas veces hojas de libros se quitaron los piojos.
Hay una luz, siempre… Atrapada en el foco. Veo el cuadro de paredes que se rompen con las voces de los maridos, y las mujeres sueltan pájaros sangrados del abdomen. Siempre calla, el celular calla, y la computadora, y la cruz. Insisten las cortezas de la gente: ¡Han perdido los ojos!
¿Dónde el pino?           La estrella de la punta.
¿Dónde los fugaces destinos crecen conectados a centímetros? ¿Dónde se prenden y apagan las esperanzas de todos colores? ¿Dónde el verde, y el amarillo, y dónde el rojo y el azul? ¿Dónde la esfera cristal, clavada en las cabezas, que te cuesta diez o veinte pesos de libertad?... Dónde están las cajas del presente, que atoran tu cordón, y que se mezclan con los peluches, y los carritos, y el tren que gira; una y otra, y otra y cien… Y se queda sin batería, y entonces todo el mundo pierde la cabeza…
El tren, el tren… Ya se cansa, de ir y venir, y la gente de adentro que nadie ve, la gente minúscula del tren girante, ve pasar siempre el mismo paisaje, y el carril sigue, y la gente sigue, y el paisaje sigue.
Y la niña con el papel roca en la cara, envolviendo el suelo. Y van nadando los peces en el río de espejos, peces de azúcar, que se comen, que nos comemos por dulces, por tantos, por irremediables. Y suben la colina de los días, y estamos esperando, al lado del pesebre, esperamos a la Reina, y al rey y al hijo español; el crío Rubio de ojos claros. Ahí adentro, con el espíritu santo en la boca, con María y José penetrados, atrás; escondidos en las colinas y en las montañas de cartón. Soltando sus lágrimas de celofán… de llegada.


Penél-Oh Caliope

lunes, 24 de julio de 2017

Rambler

Uno no suele contar los minutos, sólo pasan y nos adaptamos a ellos. A veces ni reparamos en los cambios, esos que son generados por un evento, por una presencia o una mirada fija, llena de ternura y agradecimiento.

Mi hermano encontró a Rambler vagando. Me dijo mientras estaba fuera de casa. Me dijo que había hecho un nuevo amigo.

La primera vez que lo vi, sus ojos se asomaron tímidos por una ventana. Vi su confusión, su pesadumbre, y la carga del sobrevivir marcada sobre su lomo y su cara. Estaba herido de píes a cabeza, cansado. Muy cansado. A veces me gustaría entrar en sus recuerdos, a esas imágenes que tiene cuando sueña, a las sensaciones que experimenta cuando recuerda algo, al tiempo que pasó a la intemperie, al sonido de un auto, o el olor de la podredumbre.

Me esforcé en sanarlo. Quería que sus ojos volvieran a confiar, que su mente volviera a la tranquilidad. Lo amamos enseguida, mi padre lo bautizó; como la canción de The Rolling Stones, Midnight Rambler


… Did you hear about the midnight rambler 

Well, honey, it's no rock 'n' roll show...

Con el pasar del calendario, Rambler se ha vuelto indispensable. Es gracioso cuando nos preguntan su edad porque sólo sabemos qué está viejo, y que ya estaba viejo desde que lo encontramos. Para su edad era fuerte y aun lo sigue siendo en cierta forma, pero el tiempo siempre pasa. Esos grandes pasos lo han alcanzado, ya tiene los achaques de un anciano.

De él me gusta tomar sus patas, hablarle con cariño y observar sus pupilas dilatarse. Encontrar todavía el semblante vivo que pide amor, que da amor incondicional. 

          Me arraigo en la creencia de que la estación con él es un regalo.

Rambler ya no tiene la fuerza para andar. Su sueño es profundo y ausente. Va perdiendo el oído, como aquel que paso a paso deja atrás el mundo. Se va quedando sin dientes, planta esos huesos tempranamente. Su cuerpo marchito es como la corteza de un árbol viejo, es grueso y lleno de marcas. Su voz jamás nos alcanza, pero es testigo de las segundas oportunidades, de la compasión humana, esa que se deja ver de vez en cuando. Se queda paciente, esperando una caricia, esperando comida, y permanece así ya todo el tiempo, esperando.

En las mañanas se queda mirando el paisaje, como pensando que ha amanecido otra vez... Se sienta en el pasto, cansado. Se queda allí contemplando. Escucha los pájaros y mis pasos, mi voz y el follaje. Olfatea el viento, las flores, sus años…

No te despidas cuando te vayas Rambler, que vamos a volver a vernos...


A.I. Mendoza Seda



martes, 11 de julio de 2017

La rosa de Versalles

Escrito por Rioko Ikeda, el manga titulado La rosa de Versalles (ベルサイユのばら -Berusaiyu no Bara) salió a la luz en el año de 1972 para posteriormente ser adaptada a su versión animada en el año de 1979. La historia, está inspirada en la Francia el siglo XVIII y se sitúa exactamente en el periodo en que la revolución del pueblo en contra de la monarquía se gesta y tiene su auge con la toma de la Bastilla.

        Al conflicto que ya supone la integración de personajes históricos, tales como los reyes Luis XVI y María Antonieta, además del Conde Hans Axel von Fersen y la problemática Madame de Poliniac, se suman personajes originales, integrados con el propósito de ver a través de sus ojos, la problemática que surge tanto dentro la realeza como en el pueblo en dicho del acontecimiento. Uno de estos personajes, es nada menos que la protagonista de esta historia, Oscar François de Jarjayesquien al ser la hija más joven del General Jarjayes, es criada como un hombre por decisión de su padre, quien añoraba un varón que lo sucediera en su cargo. Así, Lady Oscar, como es popularmente llamada, crece con las obligaciones y educación propias de un hombre de su época y a causa de la llegada de la princesa María Antonieta de Austria, Oscar toma la decisión de aceptar a los 14 años, el puesto como Capitán de la Guardia Imperial.

        La historia se desenvuelve a partir de ese punto, pasando por los inconvenientes que se desatan alrededor de la llegada de la princesa, tanto su matrimonio arreglado, hasta cómo la joven ingenua debe integrarse a la corte francesa debiendo sortear sus trampas. Al principio, como la vida misma, los problemas en los que Oscar debe inmiscuirse a esta edad, no son tan graves, nada más que líos que tienen que ver con la realización de que a pesar de las desventuras, el honor y la valerosidad deben salir a flote. Para entonces, Lady Oscar muestra tener un carácter estoico e implacable al momento de defender el nombre de su familia y el de la princesa que cuida. Con el tiempo se gana la confianza y admiración no solo de la corte, sino también, se convirtiere en amiga y consejera de la princesa; de alguna forma, en ese príncipe soñado que María Antonieta no encontró al conocer a su prometido en ese momento, Luis Augusto.

        Posteriormente el argumento se complica, Lady Oscar al igual que las personas allegadas a ella deben madurar en paso a convertirse en adultos, en personas mucho más complejas, también los problemas que afrentan se vuelven serios. A sus ojos comienza a brotar la necesidad de la gente y los conflictos que envuelven a su patria con tierras lejanas. Oscar sabe que María Antonieta en su inmadurez se ve atrapada entre sus deberes como reina su corazón, sabe que una mujer como ella, con un carácter dulce y soñador, jamás estuvo lista para cargar con el peso de ser la reina de Francia en un momento en la historia, en donde los conflictos externos e internos del país, exigían el carácter de un líder inquebrantable, carácter que ni su esposo ni ella poseían. María Antonieta se vuelve prisionera de la corona y de sus deseos y pasiones, aquí Oscar, se ve puesta entre la espada y la pared, pues como confidente y amiga de la reina, entiende y compadece su sufrimiento, sin embargo como parte de la milicia francesa y como un soldado, sabe bien que el sufrimiento del pueblo también es grande.

        La trama sitúa a su protagonista en este constante duelo entre su naturaleza y su deber. Como mujer, Oscar experimenta el amor y el deseo, más como parte importante de la milicia y como hombre sus obligaciones la absorben haciendo difícil para ella estar al lado de la persona amada. Aunado a ello, Oscar es parte de una familia de nobles, que se encuentra en peligro con la creciente revolución, en contraposición, con seres a los que ella ama que pertenecen a clases de menor abolengo.


        La rosa de Versalles es la historia de una mujer admirable y fuerte, que nació de la mente de otra mujer, en un tiempo y un país en donde a penas se comenzaba a dar empoderamiento al sexo femenino. Para Ryoko Ikeda, Lady Oscar es esa rosa hermosa e imponente, que pese a su belleza y fragilidad, no deja de ser peligrosa y estar rodeada de espinas. Una rosa, que sufre el destino que tienen todas las flores, que nacen para convertirse en bellos botones y después florecen a su máximo esplendor, para morir poco después. 


A.I. Mendoza Seda





lunes, 3 de julio de 2017

Libertada

Escribo al tiempo,
a la corazonada viva;
aquella que guarda esperanza
y a la estirpe longeva
de la que se alimenta el mundo.

Estuve presa de pulsos eléctricos
en plasma que hierve 
de lapso en lapso
cautivo en pensamiento.

Aguardé al viento
a la musa que un día huyó de mi cuarto.
Observé la lluvia
renací con fuego.

Alumbré cada recuerdo vacío.
Entré en la realidad presente,
la cambié caprichosamente;
llevándola lejos 
de la gravedad que la atrapa.

Emergí de un capullo de olvido,
de hostigamiento del ser quieto.
Me encontré en un espejo
en un papel blanco
que se tiñe de negro.

Desperté una noche después de mucho tiempo
y estaba dentro de mi cuerpo.


A.I. Mendoza Seda


jueves, 29 de junio de 2017

A paso rápido: Terco

       Escuché el sonido de las campanas, anunciaban que la misa empezaría.

        Remonté a mi formación, a la creencia popular del cielo y el infierno, al miedo de desafiar a un ente poderoso que empequeñece al hombre, que mueve al mundo desde el inicio de los tiempos. El respeto aflora como el perro sumiso respeta al grande. Pero hay algo en el fondo de la razón que aflora, que muere con palabras necias.

Se resiste a irse.

       De pronto, observar a aquellos que portan su palabra haciendo una estupidez ya es cotidiano.

        Ridículos.  Idiotas.  Traidores.

      La interpretación de un libro antiguo, es venida a conveniencia. Cuando es malo "no es lo que parece". Las cosas nunca son literales, excepto cuando lo es... " Dios dijo solo hay hombre y mujer"

Absurdo.

      La palabra escrita por el hombre es del hombre. La palabra dicha por el hombre la dice el hombre.

Todos los hombres saben mentir.

     Es mentira decir que nada es mentira. Ya es una farsa. 

Un circo.





Nocturno

lunes, 26 de junio de 2017

Agnóstico

Me acuso de negarlo
de apartar de mi rostro la luz.

Me acuso de desafiarlo
de aceptar la palabra de aquel que se opone.

Me acuso de sabotearlo
de alejarlo
de burlarme de su legado.

Me acuso de dudar
y de aceptar su inexistencia.
me acuso de cambiar su nombre.
Dejarlo del lado.
Inseguro lo he ignorado.

Sin embargo aun llamo su esencia
sus palabras vienen a mí
en el estado de dolor y angustia.

Me acuso de ser hipócrita
me acuso de todo.

Soy lo que soy
el hijo que todo lo transforma.

Si es verdad que existe
fui moldeado por su existencia
soy lo que soy.
Aquel que duda.


Gato Negro



miércoles, 21 de junio de 2017

A paso rápido: El gato muerto

        Fue la imagen lastimosa de un animal muerto. Hubo una de esas muertes, de esas que son dejadas al sol, que a nadie le importan hasta que apestan.

        Lo había visto, la quietud de una criatura insignificante para muchos. 

        Pero había en esta algo distinto en este cuerpo, las otras muertes me llevaban a apartar la vista, esta me detuvo incluso un momento.

No era la expresión violenta.

No había sangre.

No había dolor.

        Parecía que estaba durmiendo, su rostro estaba lleno de paz. Recostado por un lado, yacía inmóvil con unos pocos pelos revueltos y nada más.

        Se activó algo que me gustaría justificar como mejor que el morbo. Pero mi mente se quedó anclada en su imagen, en la pregunta de su muerte.

        De qué habría muerto ese gato que tranquilamente se tendía a la mitad de la calle. Cuáles habrían sido sus últimos momentos ¿en verdad no había sufrimiento? Sin embargo dejado a la intemperie, es difícil imaginar algo distinto. O tal vez era mi mente la que pujaba para creerlo. Caí en cuenta de ello, que era yo la que harta de muerte, había encontrado algo parecido a la esperanza en su expresión lánguida. 

Quise creerlo.

Que la muerte piadosa existe en todos lados como Dios.

       Fue una ilusión, pues cuando regresé al paso, solo unas horas habían bastado... El gato ya comenzaba a estar inflado y en su rostro había un vestigio escarlata trazado por la sangre.

Era un momento de dolor.
Este es el mundo.

Es como es…


A.I. Mendoza Seda

lunes, 19 de junio de 2017

Brújula...

Altas las palabras que se dicen
el día que se es consciente 
que existes.
Tu nombre cambia.
Eres morador del hogar
la fuerza de gravedad
o el satélite que desapareció un día.

Qué anécdotas pueden contarse
de palabras con voz grave
de esas, que nos levantan
nos ponen en el camino
mientras nos secamos las lagrimas.

Agridulce puede ser la imagen
que queda en el recuerdo fijo
de esas manos fuertes que hicieron falta
que se alejaron antes de tiempo.

Pero está presente
conforma un carácter
o una ausencia
que se marca
que define.

Función activa que da origen a la vida.
Ser fuerte que ama, 

olvida.


Nocturno






jueves, 15 de junio de 2017

Libre…

      Y pensé mientras estaba allí herido esperando la muerte, que tal vez, fueron las aves las que inspiraron al hombre a mirar por vez primera el cielo. Mas no por el ave, sí por el vuelo.

    Qué metáforas fantásticas ha inspirado el aire, en esa bastedad de azules que fluyen, que se mueven a destiempo alejados del mundo, de la tierra y los pies. Del estrepitoso sonar de los cañones, de esa bandera que ensangrentada ondea entre la humareda, que contrasta con esas damas blancas en la altura. Danzando se mueven al paso de aquel que es libertad, de aquel que es caricia calma o abrupta…

    Del viento…

    Curiosa existencia del elemento vital, cuyo soplo se adentra en las plumas. Sustancia invisible, dios que arrebata los alientos llevando la voluntad de los deseos. Fuerza en movimiento, pensamiento del mundo, sinapsis de lenguas que vagan en las memorias de Gaia.

    Guíanos al estado perfecto de las historias y a la existencia volátil y efímera, a la la fuerza capaz de mover el orden de las cosas. Elemento voluble, somos tus hijos, todos nosotros estamos hechos para seguirte y en tu búsqueda es que vamos. Me uno a ti con el eco del último suspiro, que nace de las profundidades de mi ser y viaja en tu cuerpo, y se extingue…


A.I. Mendoza Seda

martes, 13 de junio de 2017

A paso rápido: Lluvia de verano

Me encontré caminando en un prado vacío. ¿Será que son sabios aquellos que dicen que este mundo es un espejismo?

Vemos
Ansiamos
Perdemos…

Y abrí los ojos, y la vida se me fue en un suspiro....

Aire que se elevó y se perdió en el cielo. Allí en donde las nubes se atascan, en los límites entre esta realidad y el universo, donde el agua se condensa, y cae estrepitosamente en un escándalo, es un bullicio, un recordatorio de la infinidad de todo...

Es difícil, pensar en la importancia de algo cuando está hecho de cascarones vacíos, ¿es también esa una ilusión? El peso de nuestra existencia, esa importancia que cae sobre unos cuantos.

Y fuimos
Y somos
Y dejamos de ser.

Así el reloj del mundo camina, dejando gente como flores deshojadas en una alfombra carmesí, se vence la obra incalculable, cuando llega el momento de ser olvidados. Se parte la vida con un rayo, con ese plasma que nos hace cambiar, con el que mutamos, en un ser, que siente, y que vive, extrañamente.

Somos lo que somos


Las hojas que nacen y caen en el otoño. Somos a veces, las que se derrumban con un vendaval en las lluvias de verano…


Gato Negro

jueves, 8 de junio de 2017

Sueño de lluvia


De tanto en tanto
tengo la costumbre de soñarte…

De abandonarme al hambre
de sueños turbios y agua fría.

Entre sabanas azules
camino entre nubes
y ansió tu recuerdo y la imagen tuya
escuchando el sonido de la lluvia.

Ese pesar tan lento,
que vivo cada día
se avecina rápido
cuando mis ojos se abren al tiempo.

Y en ese brisa matutina encuentro tu ausencia
mece las cortinas
y el gris melancólico
me entra por las retinas.

De tanto en tanto falsa sombra
me aferro como un adicto a tu figura
tengo la mala costumbre
de tanto en tanto

de soñarte.


Gato Negro



miércoles, 7 de junio de 2017

A paso rápido: La lumbre

        Se condensa la humareda a lo lejos, cubriendo el horizonte y el verdor de los arboles. Dicen que es, obra de la ambición del hombre, tomamos porque pagamos, y nadie nos dijo que era nuestro, solo lo pensamos.

        La tierra se cansa, esta harta de ser tratada como una prostituta. La profanan, la siembran y la profanan y la siembran, y queman sus pieles y drogan sus tierras.

Al grito mudo de dolor profundo.

        El sol cae, la humedad se impregna en la piel en un estado permanente. Caminamos, nos movemos, sentimos como el calor entra y la cabeza nos da vueltas. Nos cegamos con la brillante luz que parece ensordecer todo, mientras a lo lejos, un hombre de aspecto ridículo y mucho poder lo niega todo.

Me importa una mierda el mundo.

Dinero.

        Nos quemamos lentamente, nosotros nos hemos prendido fuego y hervimos en nuestra propia carne, nos ahogamos en nuestro propio aire.

        Desesperados, vivimos, comenzamos a ver, como todos estamos poco a poco en el infierno.

Ardemos en ira y vicio.


Merecemos arder...


A.I. Mendoza Seda


martes, 6 de junio de 2017

Veo, Quiero, Necesito...

   La valoración de un individuo varía de los estándares culturales bajo los que vivimos. Como ser humano, experimentamos día a día un mundo globalizado. He crecido, influenciada por los preceptos que delimitan una vida exitosa.

    La contabilización de las cosas que deseamos, se nos han impuesto dentro de los parámetros educativos. Desde niños vamos llenando una lista mental de lo que debemos tener y la estabilidad económica, de la estabilidad emocional. Todos dependen de lo que se considera dentro del concepto del éxito. Queremos cosas porque las necesitamos, las necesitamos porque se nos enseñó a necesitarlas. Necesitamos una casa, muebles para esa casa, luz eléctrica, una estufa, un refrigerador, una lavadora, agua caliente, comida almacenada, televisión, y un agregado de servicio de internet para estar conectados con el mundo.

       Espiritualmente la comodidad que sintamos depende del amor que recibimos, de la persona que está a nuestro lado. El concepto que creamos de nuestra persona nos importe o no la opinión ajena se basa a la experiencia, la abstracción de nuestro carácter, la introspección de nuestras palabras y la expresión de nuestro cuerpo y rostro. El génesis de nuestro valor y cobardía están impresos en lo que interpretamos de este universo holográfico, en donde nuestro cerebro hace conexiones, se fuerza a dar sentido a todo, deduce que la vida es eso que vemos y nos confundimos cual niño cuando alguien lo ve diferente. Las interpretaciones de esas personas esas que están en las puntas de la campana de Gauss son extrañas, porque el cerebro tiene funciones delimitadas. Esos que salen por opinión o acto son lo más parecido a lo que encontramos en nosotros como un defecto de fabrica.

       ¿Pero qué hace el proceder del ser humano uniforme? ¿Es la misma naturaleza del funcionamiento de su mente? ¿O la capacidad empática que tiene para expulsar y absorber datos de su ambiente? La experiencia del otro se concentra en un datos, como quitar la mala hierba de una maceta quedándonos con la flor. Y la comparamos con la que tienen los otros, y queremos la del otro.

          La necesidad marcada de pertenencia es ver e interpretar, lo que el otro tiene, qué hacer para ser igual. Y entonces pasamos de un punto practico a un deseo de mejoras frívolas e inciertas. “Si tuviese un mejor auto, podría recibir admiración de las personas de la oficina” “Si fuese bonita, las personas me admirarían y me amarían” “Si tuviese dinero, no tendría que trabajar todo el día”

    “Si tuviese…” “Si pasara” “Si…”
        
        Condicionado, crecemos, necesitamos. Vamos tachando cosas de esa lista, de eso que hemos aprendido, que hemos querido necesitar. Somos prisioneros de nuestro deseo de tener más, de controlar, de querer, de amar, de odiar. Somos esclavos de la ambición y la necesidad falsa. Somos así, o así nos moldeamos.



A.I. Mendoza Seda

lunes, 5 de junio de 2017

No desperté

Y ahora estoy en la alborada triste
en la fruta que cuelga de la tormenta
de gotas que se deslizan por pieles suaves
y alegrías amargas.

Me comí un racimo de rosas purpuras
cubiertas de miel negra
y las abejas danzaban en vueltas
alrededor del sol.

El reloj que se vierte en la mesa
y los gatos que saltan en montón
traviesa niña de ojos quietos
cabellos suaves de algodón.

Y no podía mover mi cuerpo
porque una novia de luz me oprimía
y solo mis ojos se abrían
y no desperté

No desperté estaba allí dentro
en mi mente de laberintos huecos
en donde el huevo se crea primero

en donde soy, y no conozco.


Nocturno


jueves, 1 de junio de 2017

Niño que duerme


Jardín de rosas imposibles
brillan en la luna llena
rocío de gotas pequeñas
en el prado tintineante.

Mi abuelo decía sobriamente
que las joyas están malditas
que se roban el brillo del sol
que se roban el brillo de la luna
que se roban el brillo de un alma.

Canción parlante y elocuente
se canta sola en la garganta de una rana
y las chicharras se agitan
y la lluvia viene en un monzón.

Se oye el grillo
se oye el perro
se oye el gato
se oye la noche.

Canción de cuna
niño que vuelve a su cuerpo
acunado en la oscuridad
sabanas y dichos
memorias flotando

y sueños, y suspiros.

Nocturno


miércoles, 31 de mayo de 2017

Soy


           Hoy día quiero dejar un poco ese lado nudoso de mi mente, tomar un respiro, hacer las pases con todo, darme el lujo de gastar mis ahorros, esos que voy guardando una vez al mes.

         He querido tomar un descanso de tanto drama, sin poder realmente hacerlo porque la actividad humana es dramática, descriptiva, cansada y egocéntrica. Al ser humano solo le gusta hablar del ser humano y aun cuando hable de animales los hace humanos y el problema siempre es él.

          Saltar de una idea a otra es complicado cuando no estamos acostumbrados a ir a ciertas direcciones, por ejemplo atrás, de forma consiente y percibir de forma cruda un crecimiento. Los recuerdos son truncos, nuestras ideas se mezclan en años y edades, vamos de unas palabras a un juguete y a momentos memorables. Es vergonzoso cuando se llega a cierta edad, pendiente de las cosas que hicimos, de las desventuras, los errores, y de esas mentiras que dijimos, de las etapas que se ven reflejadas en otras mentes.

     Hay personas que ahora tienen esa edad en la que algún día mimadamente le grite a mi madre “¡no me entiendes!” en el que dije estupideces y también las hice. Esos días en los que cosas pequeñas se hacían grandes, en los que secretamente los vestigios de nuestra niñez hacían estragos; temerosos los escondíamos bajo una mascara de madurez impertinente.

       Regresar a esos años de amistades absurdas y efímeras es gracioso, de palabras burdas, de chismes babosos. No se puede decir que éramos más o menos felices, porque si creíamos que lo éramos es irrelevante. Bien o mal, no conocíamos nada mejor ni peor. Lo que fue, ya fue y lo que es ahora pasa y pasará mañana.

        Ahora, moverse al futuro es otra cosa, en la hipótesis de que viviremos para hacer cosas. La angustia llega pensando en eso que no queremos dejar a medias. La línea del tiempo es oblonga, saturada de importancias ingenuas, nuestra existencia la marcará el tiempo, las cosas que dejamos atrás, el amor que nos merecemos y el que no.

        Ganamos y perdemos cosas. Somos un reloj de arena. Solo pensamos, de pronto salimos y no reconocemos nuestras manos, nuestros pies. Sabemos que somos humanos, que nacimos humanos y es extraño.



A.I. Mendoza Seda


martes, 30 de mayo de 2017

A paso rápido: Respiro


 A veces solo hace falta poco, una palabra de aliento, una ojeada al mundo, a ese lugar que existe detrás de la ventana, en la rivera de el ocio y la inseguridad. Hay un miedo invasivo en todo, vivir es difícil, y es solo eso. Vivir en un cuerpo humano, vivir con una mente activa, consiente de que es, de que será, de que fue. 

Arrastro recuerdos y añoranzas.

De días pasados, y nostalgias que todavía no pasan.

La soledad se vierte en una cuchara, es un veneno, o una medicina que se toma todos los días; así, en ayunas, cuando el silencio de la madrugada domina, se sienta en un trono en el horizonte lejano, se corona con el sol, una sensación de no tener nada y tener todo. Confuso, incierto, molesto.

¿Qué se supone que debemos ser?

Lo que se espera...
 Lo que se quiere...
                                    Nada.

Somos seres que respiran, que viven encerrados, en un lugar que no entendemos, que convertimos en ecuaciones y teorías, de vacíos y grandes explosiones, de genios, de arte y guerra. 

Estamos aquí para morir.

                       Estamos aquí...

                                 Ya estamos de pie...


Ahora qué...



Gato Negro