malditos mentirosos,
manipuladores del lenguaje.
Sabios eternos, amantes efímeros
¡Que los fusilen!
Hijos del egoísmo y la subjetividad,
De lo irracional y del libre albedrio,
Amantes de las falacias.
Que censuren a los poetas,
No hay mucho qué decir.
Esos
alquimistas lingüísticos,
Reaccionarios de la verdad pura,
Nos han metido siempre:
el amor no es como ellos dicen,
Dios no existe en dios,
las putas no son tan puras,
la poesía no es universal.
Que censuren a los poetas,
que descansen en paz.
Alan I. Arenas Ruiz
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