Alatum



"Cantan los pájaros, cantan
sin saber lo que cantan
todo su entendimiento es su garganta."

Octavio Paz

miércoles, 12 de octubre de 2016

Insensibilidad

Durante los últimos años he notado un evento curioso. La sangre de mi cuerpo no fluye de la misma forma.

        Siempre he tenido un transito pesado, mi padre tiene la sangre espesa y desde joven mi madre que es enfermera, sostenía fuertemente uno de mis dedos, calculando el paso del tiempo en que esa yema pálida volvía a la vida. Nunca fue alarmante el paso de mi vida, iba con el correr del tiempo y esa sangre espesa me hacía sentir fuerte, sólida, difícil de mover.

        Ahora con el conocimiento que siempre nos aqueja, me doy cuenta de que esa sangre se estanca cuando mis músculos se presionan, un brazo, una pierna, y por un momento hay insensibilidad.

        ¿Qué bloquea la sensación de mi cuerpo? la oxigenación, la ironía de un organismo tratando de entenderse sin conseguirlo. Al final despierta, entre un sentimiento de extrañeza que oscila entre el dolor y la cosquilla, una analogía graciosa del efecto que viene siempre, cuando no se encuentra entre vasos sanguíneos y lugares microscópicos.

        Por el mismo efecto somos insensibles a muchas cosas, ver morir a una persona no nos causa gran exabrupto. Lo sabemos en las noticias, lo leemos en los libros y lo vemos en las películas. Es distinto cuando sabemos que es real, se convierte en un obstáculo difícil de superar, una píldora difícil de tragar. Pero llega un momento en que después del llanto y la ira, y la negociación viene un momento de paz, se adormecen nuestros pensamientos, la sensación palpitante del pecho, por un instante no somos, solo existimos y entonces todo cae, como ese brazo, esa mano y ese pie, despertamos de a poco confundidos, vacilantes, errados en que sentir, hasta que el malestar llega y nos sumimos en esa agonía de unos momentos, en donde nadie debe tocarnos.

        Somos insensibles a la risa inocente y los amaneceres, a las noches y a la luna llena, a las estrellas.

        Cuál es la función de la insensibilidad, cuando sus efectos parecen siempre relacionados con un efecto negativo y necrótico. Si asumimos que el mayor problema del ser humano es el dolor, la insensibilidad es una función nada más que piadosa.



        Evasiva y tramposa nos ayuda a brincar sin temor a caer, a pasar el trago amargo, sin miedo ni patetismos, sin dudas. Conforme el tiempo avanza, nuestra vida se desgasta, se vuelve obsoleta y complicada, llena de todo y de nada. Esa insensibilidad avanza, tal como ahora yo lo siento, en mis brazos, en mis piernas, hasta en mi pecho cuando veo un rostro en lágrimas o una historia romántica. El dolor no está, porque esa insensibilidad vive en nuestros pensamientos, en la tragedia de todos los días, uno tras otro, hasta que el final venga, hasta que un agujero se habrá en el cielo o en la tierra, y allí estaremos todos despertando de nuevo, como esos dedos, entre risas y llanto, entre dolor y confusión, deseando, que todo pase y nadie nos toque.


A.I.Mendoza Seda



No hay comentarios:

Publicar un comentario