Hay palabras en un
vocabulario desconocido, que habla, sin parar una y otra vez recordando un
nombre.
Juegas con el papel de los
sueños, tan frágil, tan delgado, que cuando te acercas demasiado puedes ver a
través de él.
Eres la constelación
desconocida, un pozo sin fondo en medio del universo, absorbes la luz, las
palabras del mundo, en una boca tan profunda que la luz no alcanza a tocar.
Usas el oxígeno de esta tierra como un juguete, llenas enormes globos, que
pones a flotar en tu espacio, y hay una voluntad inequívoca en desear hacer
todo estallar, imponerla, escuchándote en medio de la humanidad.
Tal vez eres un pensamiento vago al que le gusta atravesar las paredes, paredes de hueso. Vuelas en un
cielo abstracto, aun para el mismo tiempo. Eres al fin, una realidad que solo
un individuo es capaz de conocer, perfecto ajeno, tu también flotas en la
bastedad que solo tu comprendes.
No tienes miedo de volar.
Tal vez si lo tienes…
Te he visto mirar al piso, y
te has dado cuenta de que tus pies se han convertido en los de un centauro, y
recorres a galope un mar, un espejo de agua, tan turbio que te aterra tu propio
reflejo.
Cuando no te reconoces;
tienes la mala costumbre de emprender el vuelo.
Te aterra el dolor de tu
cuerpo.
Tal vez no…
Eres una cometa en el viento,
tu hilo delgado se ha roto, y saliste proyectado al espacio, estas ahora al
lado de la luna, un satélite que vaga prisionero de la gravedad. Esperas algún
día convertirte en un verdadero cometa, y salir volando, atravesar implacable y
velozmente el universo que te contiene; la oscuridad y la luz incomprensibles y
lejanas…
Solo este silencio y mis
brazos pueden comprenderte…
No me olvides cuando el momento llegue...
Nocturno
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