Alatum



"Cantan los pájaros, cantan
sin saber lo que cantan
todo su entendimiento es su garganta."

Octavio Paz

martes, 15 de enero de 2019

El gran salto



Y estamos parados en ese límite. El camino se terminó. Después de salir de ese espeso bosque de destino incierto, se hizo la luz y mostró una verdad que no esperábamos. El sendero se termina, frente a nosotros, hay un abismo…
Miramos atrás, a todos esos años que pasamos caminando en un lugar que pensamos nos llevaría muy lejos, pero el camino de los demás sigue a lo lejos, andan tranquilamente, su vida no se detuvo. Y nosotros estamos en este lugar, después de subir la empinada pendiente, después de dejarlo todo. Respiramos con dificultad, ya no hay tiempo para volver y elegir esa vida que todos los demás tienen. Tal vez podamos correr, si corremos ahora podríamos alcanzarlos, terminar nuestra vida en la cama de un hospital, con toda esa familia que salió de un encuentro trivial, que siempre estuvo en el “aquí andamos”.
Entonces en medio del pánico una idea cruza por nuestra cabeza, una locura que pide algo más que creencias y leyes de atracción. Algo que nos ha acompañado todo este tiempo, como un fantasma. La fe.
En ese gran acantilado, se abre un mar que sostiene en su fondo un horizonte. La corriente se eleva, se rompe con las olas de ese fondo caótico, del que no se puede saber nada. Pero la luz es tan hermosa, que tal el camino sea así.
El viento sopla de forma violenta, nuestros recuerdos se concentran, nuestro corazón late fuerte y nuestro cuerpo se estremece. Sentimos la frialdad de esas lágrimas, de ese aliento que nos abandona. Ha llegado el momento de saltar, de hacer eso que jamás creímos que llegaríamos a hacer. Ha llegado el momento de saber, si tenemos la fuerza para volar, o nos hundiremos en el fondo del mar.
Ha llegado el momento del gran salto.


A.I. Mendoza Seda.

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