Hay de mí que me muevo en esta
falsa quietud. Inequívocamente mis piernas están ancladas al piso, pero los pasos de mi
mente corren a través de las paredes, a través del tiempo, a través
del espacio.
Enfermedad
y muerte...
Un
hombre con la boca sangrando...
Un
niño con los ojos quietos convulsionando.
Veo la estela de un misil dirigido a matar personas. Cuantas de ellas nos habrán
imaginado en los momentos angustia, solo contemplándolos. Palabras
y mas palabras, dos perros ladrándose dispuestos a morderse.
Un hombre de traje, otro hombre de traje. Son los rostros de la guerra,
asesinos bien pagados, asesinos en masa, legales.
Una
burla, un río de sangre. Todo quieto.
Aquí
frente una pantalla brillante, como un niño observo el mundo a través de
una ventana. Quieto en un autobús, en un aula de clases, en una habitación. Mucho
tiempo nos hemos preguntado a qué hemos venido al mundo.
Estamos
aquí para destruirlo...
¿Seremos aquellos que nacieron para verlo?
A.I.Mendoza Seda.
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