Las luces del árbol tintineantes, alumbraban esas cajas y esas caras rígidas de vinilo, esas pequeñas llantas, las bolsas de dulces.
Era real sentirse agradecido
Afortunado
Por tener lo que otros no tenían...
Sin embargo la madurez nos llega a todos como un balde inevitable, las emociones se atenuan, llegan verdades que intentábamos rechazar. Hoy los niños de hace veinte años nos levantamos sabiendo que el mundo es peor de lo que lo era en ese entonces, para algunos incluso, la realidad viene en imágenes de decepción, de almacenes vacíos, de caos y robo.
No podemos decir que tengamos razón, mas tampoco podemos negarlo todo...
Al final no importa que tan buen niño seas, y que juicio te lleva a predicar actos de moral y rectitud...
La humanidad hace lo que quiere...
Estamos lejos de esos momentos de inocencia y expectativa. Pero no todo está perdido. Hoy también hay sonrisas en las casas y en la calle, de aquellos que ignoran una difícil realidad en los ojos quietos de una muñeca, en la caja de un videojuego.
Hoy hay dicha, tal vez no para todos, pero a pesar de todo,..
Sonríe frente a esa corona de mantequilla y harina... de frutos secos y azúcar...
Gato Negro
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