Alatum



"Cantan los pájaros, cantan
sin saber lo que cantan
todo su entendimiento es su garganta."

Octavio Paz

martes, 17 de enero de 2017

Koi No Yokan


Seguí las señales hasta ti, cumpliendo las profecías hasta esta playa.
Encontrando mis raíces, sepultado en mi energía, entre laberintos de luz azul y sombras, a media noche te encuentro, la pureza y las memorias ajenas se mezclan como la línea a seguir en busca del equilibrio, la marea arroja recuerdos y borra las huellas en la arena del camino recorrido.
Confío en extraños, y en lo que solía ser, me dejo llevar de mí, sé que solo son niños esperando crecer y que la vida nos empuja gentilmente a lo que necesitamos.
Se va un año de incesable pensar, de intentar, en donde nos conocimos y fuimos más nosotros, en donde el primer encuentro revelo la vida tras tus ojos adornados por estrellas negras -me quede con una de ellas- en donde la ventana de tu aliento calentaba mi soledad. En donde tu piel me hacía llorar y el sabor de ti permanecía por décadas, y lo rememoraba y ansiaba la nostalgia de lo no vivido y por primera vez sabía que estaba caminando hacia algún lugar, un lugar no físico donde sé que soy libre y donde busco un lenguaje que pueda utilizar para hablarte de las abstracciones que nos definen.
De ti aprendí a no pedirte nada, aprendí que cada uno es esclavo y amo de uno mismo.
Que uno es responsable del amor que da, mas no del que recibe. Esto para ti como individuo te abraza en la totalidad
Las resoluciones de fin de año son sustituidas por la sensación de un deja vú de amor. Esa sensación que te enamores de mí. Sé que no me amas pero yo te adoro.
Aprendí a no extrañar, a soñar despierto, a sanar andando, a tener fe y a confiar.
 A vivir para la carne y el dinero, a componer poemas a oscuras y a leerte tras tus cortinas.
A mirar la socialización del amor desde un punto de vista espiritual, a no temer a la conexión y dejarme fluir en ese rio de vida, sin temor a ahogarme, porque estabas tú tal vez. Y simplemente agradezco por las personas que me ayudaron a enfrentarme a mí y ser quien soy hoy. Por las que se fueron y las que vendrán
Aprendí  a intentar todo y ver la belleza colateral en el día a día, en el sufrimiento y la soledad. En el invierno y la cerveza oscura. Que no hay tiempo ni espacio y que siempre estaremos juntos, no importa lo que pase; siempre.
Las coincidencias aparecen y crean conexiones, el mar toca una melodía diferente, tú estás conmigo ahí, como en ese sueño pasado que trata de días futuros.

Yo estoy en paz, los fragmentos se han comenzado a unir.



Isaías Delgado

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