“Los detalles
en su conjunto hacen la diferencia”, es cierto, pero dentro de los detalles hay uno que podría ser resultado de un conjunto de
grandes cualidades; dejando así, de ser solo un detalle, y ese a mí parecer es
el simple detalle de la puntualidad. Sí, eso que tal vez la mayoría de los
mexicanos solo conozcan en la teoría y no en la práctica desafortunadamente, eso
que no solo significa llegar a tiempo si no también hacer las cosas en tiempo, este
es en definitiva un concepto o principio que en nuestros contextos parece la
gente solo conocer como palabra y no como acciones.
Qué cosa tan
sencilla parecería llegar a la hora ¿no es así?, sin retrasos ni excusas, y no
veinte o quince minutos tarde o ni mencionar ya siquiera el faltar
completamente a la cita como mucha gente lo hace. Algo que parecería tan insignificante
encierra una gran profundidad que refleja nuestros defectos como personas y
como sociedad, un detalle que demuestra de manera simple porque desde los principios
más básicos algunas sociedades crecen y destacan y otras solo se estancan. Solo
detente a pensarlo por un segundo, ¿qué sociedades son reconocidas por ser
puntuales?, y te aseguro los nombres vinieron rápido a tu cabeza, los ingleses
seguramente, los japoneses, los suizos, los alemanes, los holandeses etc, etc…
Podría nombrar varias más, pero no hace falta para demostrar mi punto, estos
países en los que pensaste, estas culturas ¿quiénes son en el mundo?, ¿en dónde
están colocadas?, y la simple pero gran casualidad que encontraremos es que son
todas culturas de primer mundo. Cada una, no hay una sola que escape a esta
relación en tener un principio como la puntualidad y ser un país
primermundista, y la pregunta entonces es simple… ¿Por qué? ¿Porque esta
relación? ¿que esconde el principio de la puntualidad como reflejo del éxito? y
es ahí que la puntualidad deja de ser algo simple para convertirse en el
resultado de no una o dos, si no de varias grandiosas cualidades.
Lo primero
sería deducir que impulsa la puntualidad, que la hace aparecer como un objetivo
para que con el tiempo se convierta en un hábito, y desde mi perspectiva solo
hay dos motivos, uno, “que lo que digas se cumpla”, a eso llamo ser integro
desde la raíz, es fácil pronunciar palabras pero, apegarte a ellas, cumplirlas,
es otra cosa, pero aquellos que expresan una hora, un lugar y dictan su
presencia en ese tiempo y espacio y lo cumplen, es porque sus palabras los
comprometen, porque asumen esa responsabilidad con seriedad, no a la ligera, no
sin interés como si fuera cualquier cosa, y si traspasamos ese detalle a los
demás aspectos de la persona, nos encontramos con un hombre o mujer integro en
sus principios, en su moral, con palabra, cosa que para los abuelos, los de
moral recia, puede valer más que cualquier cosa. Y Segundo, una conciencia y
respeto hacia las personas en general, el tener el simple sentido común de ser
respetuoso con el tiempo de los demás, con el saber que a nadie le gusta
esperar,; para aquellos que nos hemos quedado por más de treinta minutos
esperando una cita saben a lo que me refiero, los minutos cuando los esperas a
que pasen, se hacen largos y pesados, la percepción del tiempo cambia
completamente cuando uno está en espera, podemos pasar horas dentro de una
tienda mirando y probando un sinfín de cosas, y el tiempo no importa, pasa
volando, pero cuando hacemos fila, cada minuto parado esperando es terriblemente
desesperante ¿no es así? lo mismo aplica para cada vez que esperamos, cualquier
circunstancia, sean asuntos personales o de negocios, claro, con la gran
diferencia que cuando se trata de estos últimos, ese pequeño detalle puede ser
determinante para su éxito. Ahí nos volvemos hipócritas, el interés tiene pies,
creamos un valor en base a lo monetario y lo material y no en base a lo
intangible de la integridad y del valor en sí, pero por más lamentable que
suene, así es.
Un detalle
lleno de cualidades, un mero y pequeño reflejo de toda una forma de ser y
vivir, así interpreto a la puntualidad, y será el día que como sociedad tomemos
estos simples detalles como grandes concepciones, el día que comenzaremos desde
las cosas simples, que a veces son las más difíciles de hacer, el día que
exista una verdadera oportunidad para los grandes cambios, aquellos que
comienzan con la simpleza de llegar a tiempo, de llegar a la hora…de ser,
puntuales.
Victor J. Mendoza Seda
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