Blanca Varela. 10 de Agosto de
1929- 12 de Marzo del 2009. Originaria de Lima, Perú,
Blanca Varela con el paso del tiempo
fue reconocida por su trabajo como poeta.
Fue en el año de 1949, cuando Varela
llegó a París, en dónde se encontró con Octavio Paz, que en ese momento toma la
responsabilidad de llevarla a través del mundo artístico en la ciudad. Allí la
la pone en contacto con varias personalidades literarias e intelectuales
latinoamericanos, que en aquel momento, radicaban en Francia. Después de
radicar un tiempo en Florencia, se trasladó Washington, en donde permaneció dedicándose
a la traducción y al periodismo. No fue sino hasta 1962, cuando se
traslada a Lima de nuevo, esta vez de manera definitiva.
Conocida como una mujer de actitud
reservada, pese a ser acreedora a distintos reconocimientos y premios, su obra
es una muestra de las tendencias surrealistas que manejaba a partir de
conceptos abstractos y una mezcla de termas e idiomas que le otorgan un sello
característico. Es difícil de leer más allá de la voz mental. Blanca Varela, se
concentra en un ritmo extraño y frío, con altibajos en lugares poco
comunes, que aunque parecieran no funcionar en primera instancia, ella de
alguna forma los hace encajar como una pila de bloques apilados y tambaleantes.
Sucede con frecuencia encontrar que
muchos poetas la consideran caótica e inentendible, pareciera que para la
sensibilidad femenina de Blanca, la naturaleza era precisamente el orden que
debían tener las cosas, ese orden natural y sin parámetros al paso del tiempo.
Aquí entra también el concepto de la muerte como una perdida final, un acomodo
definitivo de las cosas, pero no por ello fatalista.
En su poesía, Del Orden de las
cosas, dedicado a su amigo Octavio Paz, se desprende la idea del poeta, que
tiene una constante confrontación con la realidad a través de sus propias
interpretaciones y palabras. Es decir, para Blanca Varela, el poeta solo podía
lidiar con la realidad a través de su arte, otorgándole así un orden propio al
contexto en el que se desenvuelve.
Se construye por tanto en persona como
en obra, en base a oposiciones. De manera particular, no de forma tajante, sino
de manera evolutiva, al paso de sus propios pensamientos. Discierne acerca de
un solo concepto avanzando en el mismo hasta toparse con su opuesto, entonces
remonta a la idea original desde un punto de vista perspectivo. Aprendiendo de
ésta forma a dilucidar su realidad, a entenderla y soportarla.
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