Alatum



"Cantan los pájaros, cantan
sin saber lo que cantan
todo su entendimiento es su garganta."

Octavio Paz

martes, 23 de febrero de 2016

Nada


Hace unos meses un amigo me habló de la nada. Cuando era niño, comenzó a contarme, vi la película La historia sin fin, el conflicto era que la nada invadiría el planeta Fantasía, entonces pensé una y otra vez, qué es la nada, cómo es, cómo invade, cuál es su forma, su color, no podía comprender lo abstracto de aquella palabra, tampoco era capaz de recrear su forma física. Mi amigo agregó que desde entonces, jamás ha encontrado la respuesta a alguna de sus preguntas. Por mi parte no olvidé aquella plática y tampoco sus cuestiones, qué es la nada, cuál es su forma, si te invade, cómo lo hace. A veces cierro los ojos y trato de imaginarla materialmente, espesa, gaseosa, trasparente, sin embargo he caído a la conclusión que si tuviera alguna de esas formas ya no sería la nada, sería algo.

            Buscando un tema para escribir este artículo, me encontré con la nada nuevamente. Estuve gran parte del día repensando diversas palabras que pudieran convertirse en algún tema, pero al final los eliminaba porque no me parecían lo suficiente importantes, entonces me dije, no tengo nada para escribir.   Recordé la plática con mi amigo, analicé la palabra desde otras perspectivas que no había tomado en cuenta, desde cierta simplicidad. Así fue como obtuve la siguiente definición: la nada no existe, no es nada, pero si invade, es un hueco que toma la forma de lo que no es.

            Comencé a desarrollar esta idea, hasta entender que existen dos tipos de nadas. La nada se puede formar o nunca haber existido, es decir puedes perder algo o nunca haberlo tenido. Existe la nada que nunca ha existido y la nada que se forma a través de algo que sí existió, pero ya no existe. La primera es algo que nunca está y nunca ha estado, no existe, no se compra, ni se vende, ni se da, ni se siente. No es aire, ni color, ni sabor, ni dolor, no es un recuerdo. Al segundo tipo de nada la nombré la nada ausente, porque se crea a través de lo que ha existido pero deja de ocupar ese lugar por medio de la inexistencia. Esta nada  comparte casi las mismas características de la primera, varia en algunas cosas. A esta nada la forma la ausencia, es decir, algo había, pero ya no es, ya no está, ya no existe, es el vacio el que le da forma. Esto me hizo pensar en la muerte, cuando alguien cercano muere nos damos cuenta que éste tipo de nada empieza a invadir las longitudes de su no existencia, las vivencias primordialmente, luego los recuerdos, su calor, su olor, su tacto, su voz, su mirada, poco a poco deja de existir y la nada ocupa su lugar. Cualquier cosa que perdamos  y desaparezca dejando un hueco, es la nada ausente la que abarca su lugar.

Cuando nos enfrentamos a la  nada ausente tocamos la nada en su forma tangible, pues es representada por el sentimiento de ausencia. Es ésta nada la que  en ocasiones nos provoca llorar como a Sebastián en La historia sin fin cuando la nada invade el planeta Fantasía. Lloramos porque perdemos, porque nuestra porción de soledad se esponja, porque cada partícula que había formado un algo desaparece, porque desde que nacemos traemos un ombligo integrado para tener algo que nos una a otro algo.


            La metáfora de La historia sin fin es muy clara, la nada es parte de la renovación, de los ciclos, sirve para reinventarnos, para darle la vuelta a la hoja y más que nada para aprender a crear. Después de diversas conclusiones entiendo la importancia de la nada; la nada es algo verdadero aunque su sentido sea abstracto, sin la nada no existiría lo que no existe y por tanto, no existirían las lágrimas puras que se derraman al sentir su hueco en el rincón más profundo de nuestra esencia. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario