Alatum



"Cantan los pájaros, cantan
sin saber lo que cantan
todo su entendimiento es su garganta."

Octavio Paz

martes, 14 de marzo de 2017

El precipicio

                  Y la cortina se abre de nuevo, aquí vamos, con todo y dudas, con todo y miedos, porque sería de mi parte un desdén hacia la vida que me podría costar, decir, que voy sin una gota de temor; pero lo importante es que voy ¿no es así?  Así que me he quitado posibilidades banales para obtener recompensas trascendentales, adiós a meterme a la boca de una bar cada fin de semana, a la de no mirar los precios del menú de un restaurante promedio, de eso se trata la apuesta, de generar un cambio que redima mi destino y que grabe mí nombre en la historia…

                 Dicha decisión pasa por el asunto de encontrarle un significado importante a los días, tratar de no caer en la rutina que se devora tu vida, o en una rutina que sientes te hace al menos vivir cada día como si de verdad importara, no llegar como si fuera una meta al fin de semana, si no dejar de saber qué día es y solo preocuparte por vivir. La intención de esta decisión es llegar a eso, aunque la verdad a veces siento no tengo la menor idea de cómo llegar a ello… Porque supongo en esta búsqueda hay espejismos, hay circunstancias que parecen encajar y de pronto no lo hacen…

                La duda se hace presente, la incertidumbre, el miedo a que estés en un camino sin final, a una decisión que solo te hará comprender que la conclusión es que, no todos están destinados a la grandeza, a ser diferentes, a ser destinados a sumarte a las masas nada más… Un golpe directo a la seguridad, a la confianza, tal vez no lo pronuncie, pero vive a mi lado como un fantasma que me habla cada noche, cada que la cúspide se aleja o la vertical del camino se hace más pronunciada...

               Valor es cuando al estar la duda y el miedo, cuenta y es auténtico, sin estos dos elementos en la ecuación, no sería valor, sino ignorancia, o soberbia cuando menos, y si entonces a pesar de ello cuentas con las agallas necesarias para arriesgarte, para equivocarte, para caerte sin saber si podrás levantarte, entonces sin importar las voces en contra de tu camino, sin importar las posibilidades y los contextos adversos, condiciones impropias para la buena cosecha, entonces, creo sinceramente ya tienes algo esencial a tu favor… Algo desde donde todo puede suceder… ahí, la más improbable semilla puede germinar, algo llamado… Determinación.

               Habrá que no confundir la determinación con la terquedad, o necedad, pues entonces nuestro destino final será el fracaso, darnos cuenta de la diferencia es -si somos abiertos-muy fácil de reconocer, pero a la vez difícil, pues significa admitir una dolorosa realidad, significa reconocer si lo que haces es suficiente para alcanzar lo que se quiere o entender que no lo haces y que de esa manera no podrás lograrlo,  cualquiera que sea la meta, y porque digo que es difícil, simple, porque si el resultado de ese pequeño análisis es que no haces lo suficiente, entonces el reclamo no es más que para ti mismo, mirarse al espejo con honestidad no es sencillo, criticarse a sí mismo es un proceso que puede desencajarte, minarte y destruirte, es un proceso que bien aprovechado te llevará a nuevas alturas pero que de no tener una madures mental apropiada será contraproducente para tu confianza y seguridad, una puerta para la depresión, un estado del cual a veces ni te enteras que lo has dejado entrar…


              No hay una moraleja en mi decisión, si no una cruel verdad, simple pero a la vez  tan bella que debo admitirlo, y esa es… hazlo, si fracasas admítelo y sigue adelante, pero al hacerlo no te engañes y deja cada gota de energía en ello, cada pensamiento, cada respiro, cada bendito momento, pues si el fracaso llega a ti, entonces, a pesar de ello no habrá reclamos frente al espejo, si no solo la belleza de admitir quién eres y a dónde perteneces, y supongo que llegado ese momento serás feliz pues no hay nada mejor en esta vida que saber que y quién eres..., aunque en este juego de palabras no me imagino al fracaso apareciendo en nuestro destino, pues  si como lo han demostrado las grandes historias,  hay y existe, una gran determinación en tu camino…


Victor J. Mendoza Seda

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