Cuando terminé la
universidad en vez de ejercer en las letras, trabajé de mesera y cocinera en
diversos bares y restaurantes. Sentí dolor y hormigueo constante en mis
piernas, desvelos,
calambres, aprendí a cocinar diversos platillos; desde comida rápida como una
hamburguesa, hasta platillos orientales como yakimeshi o sushi. Me hice veloz
lavando trastes, elaborando comida, haciendo pedidos y cuentas. Tal proceso me
llevó a conocer cualidades que yo desconocía, y es que el comenzar a hacer algo
nuevo te remonta a
emprender una trasformación.
Por ese mismo tiempo en vez
de dedicarme a realizar mi tesis, dediqué gran parte del tiempo en decidirme
por algún tema. El primer tema que escogí fue el de comparar la única novela de
Juan Rulfo Pedro Páramo con la primera novela de Truman
Capote Otras voces, otros
ámbitos. Después de algunos análisis confirmé tales similitudes, pero
comparar estas dos obras sería como comparar un gigante con un niño, en este
caso el gigante era Pedro
Páramo.
De nuevo me encontraba al
inicio de mi búsqueda, pasé tiempo cambiando de temas, sin pasar de
introducciones o notas. Gracias a estos fracasos, los compromisos laborales y
el escaso interés por concretar mi título, desistí. Todas mis lecturas y notas
se quedaron en lo obscuro y profundo de un pozo que generalmente conocemos como
olvido. En aquellos años de búsqueda me encontré un libro de Amos Oz titulado La historia comienza, este
libro me dio varias ideas para formular y desechar otros temas de tesis, aunque
este tenía una ventaja. Amos Oz formulaba a través de diez ensayos, una teoría,
tal teoría podría ser aplicada en cualquier obra que yo escogiera. Por primera
vez tenía un hilo de luz en aquel pozo de olvido.
Después de tres años
llenos de trasformaciones y comienzos de historias, finalmente tenía referente
concreto de lo que sería mi trabajo de titulación. Por razones que no
pertenecen a este tema no agregaré el por qué en vez de hacer una tesis, me
decidí por un artículo científico, lo que sí agregaré es el objetivo principal
de tal artículo; sería aplicar La
historia comienza en el
cuento “El guardagujas” de Juan José Arreola. Ahora en caso de que en este
punto de la lectura se pregunten, por qué tomó las ideas de un escritor israelí
para basar mi trabajo de titulación, o bien, por qué es tan importante La historia comienza, mi respuesta se apoya de la
palabra que titula este artículo, comienzo.
Desde la primera vez que leí La historia comienza me quedé fascinada ante dos conceptos
muy importantes que Amos Oz formula: 1) El comienzo visto como un intervalo entre el
pasado, el presente y el futuro en una historia, 2) la diferencia entre el
origen y el comienzo de una historia. Estos conceptos me fascinan pues al igual
que Oz, creo que toda historia tiene un comienzo que nos dice hasta cierto grado en qué
concluirá la historia misma, también nos da un referente del pasado y sin duda
nos dice las circunstancias del presente. La diferencia entre comienzo y origen es otro descubrimiento
personal que contiene un valor infinito, La
historia comienza nos dice
que es muy difícil determinar el origen de las cosas, pues el origen hasta
cierto punto no se puede rastrear, es pasivo, mientras que el comienzo es activo, cambia de lugar y de forma
según la historia que se formule.
Probablemente el tema
comience a transformarse en algo complicado, rocoso, difícil de brincar, pero
me era imprescindible tratar lo anterior para analizar desde un punto material
y cognitivo, la palabra comienzo.
Claro que existen diccionarios que nos dan el significado de las
palabras, por ejemplo sobre comienzo,
lo define como inicio, raíz u origen de una cosa, momento o lugar en que algo
empieza, etc. ¿pero qué acaso la mejor forma de llegar a la esencia de las
palabras no es experimentándolas?... Y es que todas las personas, de cualquier
edad, día a día traspasamos comienzos, tantos que algunos comienzos llegan
transformarse en monotonía. Estamos atestados de comienzos sin un origen
visible, pues el origen tal vez provendría de nuestro nacimiento, pero ese no
sería nuestro origen, tal vez el origen provenga del nacimiento de nuestros
padres, o tal vez, si es que creemos en la biblia, cuando Eva mordió la
manzana. En caso de que nuestra visión sea científica, podríamos afirmar que
nuestro origen se remonta al Big Bang, pero como bien cuestionaría Amos Oz ¿Qué existía antes del Big Bang? Por tanto como la mayoría de los
humanos desconozco mi origen, pero conozco varios de mis comienzos,
gracias a esto me fascinó ante una certeza de belleza antropológica que existe
en la palabra, comienzo.
Trompa de
mosca
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