La guerra nos ha alcanzado, es lo que se
murmura por todos lados. Una guerra que se ha hecho evidente porque así el
poder lo ha querido. Pero ¿existe una guerra más ardua que la de uno mismo? ¿Es
tan dura la guerra por sí misma más que la vacuidad del ser humano?
La guerra no representa nada más que la
decadencia del pensamiento, la deshumanización del humano. Busquemos un término
más idóneo para definir a esta especie que se destruye así misma solo por un
interés pasajero. ¿Humanidad? Término que refiere a un individuo compasible,
tolerante… término irrisorio, vago y absurdo.
Me
intriga saber cómo nuestra “evolución” ha contribuido a una deshumanización, a
una desintegración de pensamiento y espíritu ¿pero que es el espíritu? No lo
sé, no sé si se asemeja al alma o a la esencia… ¿cuál será la intención
de permanecer aquí?
¿De
qué está hecho este ser humano, de qué pensamientos su mente se integra?
Existe en nuestra vida la intención de trascender; para algunos la guerra
conllevará la trascendencia histórica, social y nada más.
Absurdos, idiotas que priorizan el capitalismo a la vida de un niño,
estúpidos los que defienden el dinero y evaden al aire mismo…
Si la
muerte no es terrible cuando el propio destino es quien la presenta; la muerte
es absurda cuando la causa la mediocridad, la alevosía y el poder. Estos
conflictos bélicos, económicos y sociales le han quitado a la muerte la
intención, la importancia, la incertidumbre. Morir porque sí, porque el otro lo
ha determinado. Muerte: revístete de circunstancia y llévate a los
cobardes que te han quitado tu labor.
La guerra
es el suceso que nos eliminará, no solo como sociedad, si no como esencia. La
guerra nos ha alcanzado y con ella, la oportunidad de reflexionar si somos y
estamos para trascender en esencia.
Julieta Oliva Cuevas
Hace días vi un fragmento de Jodorowsky, en donde hablaba de la fe que siente en la humanidad, y en la capacidad que cree tenemos para desarrollar un cerebro que de alguna manera supere esta clase de actitudes. Desafortunadamente, el pensar si el ser humano logrará llegar a esa evolución antes de que destruya todo, es algo que por ahora en nuestras mentes, es lejano. Todavía no somos capaces siquiera de imaginarlo, aun cuando sabemos el bien actuar, existe en nuestra naturaleza una voz oportunista que se resiste a ello. La realidad es que hoy en día el ser humano no es confiable, solo basta acorralarlo un poco...
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