A estas alturas todos deberíamos
saber respetar el trabajo que cada persona desempeña, deberíamos saber que cada
individuo se esfuerza por llevar a cabo su labor por más simple y extraña que
parezca. Con solo dedicar un par de minutos a pensar en lo que los demás
realizan nos daríamos cuenta que todos los oficios dependen de otros oficios
para subsistir, y que por más desagradables o extraordinarios que sean
requieren por lo menos el vistazo de los demás.
Para ejemplificar lo anterior se me viene a
la mente un supermercado, es decir una tienda surtida de básicamente todo lo
que podría necesitar una persona ya sea para satisfacer las necesidades
personales y del hogar, entre otras cosas… Pensemos en cualquier
artículo del supermercado, se necesita alguien que lo transporte, es decir que
los haga llegar hasta la tienda en cuestión, por lo tanto se me ocurre la
siguiente cadena:
Choferes de camión ( no serían posibles sin los que dé inicio distribuyen la
mercancía, pero esta sería otra cadena así es que hagamos de cuenta que ya
tienen una carga y un destino asignado); sabemos que un auto requiere
combustible por lo tanto para que una carga llegue a su destino se debe
abastecer de gasolina o diésel al auto o camión; así como el auto
necesita combustible el chofer requiere de alimentos y líquidos para
poder trabajar, en este punto es necesario pensar en los pequeños restaurantes
(conocidos como “cachimas”, lugares que a su vez requieren de un buen número de
comerciantes que los abastecen), donde los choferes puede estirar un poco las
piernas, comer e hidratarse para continuar con su labor, en estos lugares
suelen estar personas que limpian vidrios, revisan llantas, lavan o simplemente
cuidan los autos mientras los choferes descansan un poco; durante el trayecto
es común encontrar trabajadores de la federal de camino, militares
y agentes de la PGR que se encargan algunas veces de la revisión y control de
la mercancía y otras de elaborar un examen físico del operador con
finalidad de para mantener la seguridad vial en las carreteras; también
se topan con trabajadores de cacetas y vendedores ambulantes; al llegar
al destino se enfrentan con tránsito, algunas veces con los encargados de los
estacionamientos, con la empresa que compra el producto, cargadores,
secretarias, los que “echan aguas” y muchos otros grandes empresarios y
pequeños trabajadores que su vuelven eslabones de una cadena necesaria para la
permanencia de distintos oficios.
Como dije en el primer
artículo de esta serie, el número de habitantes puede darnos el número de
oficios existentes y como bien menciono en el segundo para lograr el
respeto que cada trabajo merece es necesario valorar las facultades de cada
artesano, pues cada oficio requiere de su arte para existir. Para
concluir, en este número dejo para reflexionar lo indispensable que somos
todos para que nuestros trabajos tengan un valor importante, siempre será
necesario que nos demos cuenta y apreciemos lo que los demás contribuyen y lo
que contribuimos para los demás.
Alrep Solano
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