Era una noche llena de nubes
espesas, con un óleo de colores gris, negro y plata revolcándose en su núcleo,
la luna estaba gigantesca y redonda como el casco de un astronauta que observa
desde el espacio. Había una casa en medio del mar, el agua era una planicie
brillante que a veces se movía. Estaba sentada en un escalón de la casa, la
espuma mojaba mis pies. Platicaba con un hombre, era un hombre de unos 40 o 50
años, no sé quién era, sólo sé que la conversación y la visión de la luna eran
algo extraordinario, nada me hubiera podido alejar de ese lugar. No recuerdo el
tema de la conversación, ni la cara de él, tal vez era mi padre, tal vez un
maestro o simplemente un desconocido. Me parece indescifrable la procedencia de
los detalles mínimos y máximos de aquel sueño, y en general de todos los que
nos acompañan a dormir.
La incierta materia de los
sueños. ¿Cuál es
la materia de los sueños? ¿De dónde viene la sensación que te produce ir de
reversa sin moverte, tratar de despertar sin poder hacerlo? ¿Son restos de
recuerdos, de sentimientos banales, de sentimientos profundos, de lugares que
no conocemos o que en realidad no recordamos, o son todo eso o un poco más, a
veces un simple sabor en el paladar de nuestro cerebro? ¿Los animales sueñan o
solamente los humanos?...
Los sueños de los perros. Gran parte de mi vida he pensado que los
sueños son especiales, tal vez puedan serlo en la vida animal, pero no estoy
segura si los animales sueñan, intuyo que sí. Cuando mi perro está dormido y
aúlla, ladra o mueve las patas cómo si corriera, imaginó que persigue motos,
ladrones que se llevan el pollo del congelador, la mantequilla, quizá le ladra
a otro perro que orina el árbol plantado en el vecindario. Tiene una pesadilla
de cuando estuvo internado para su esterilización, debe ser una pesadilla llena
de voces perrunas, agujas y sangre. Sueña a su madre, su cara y el olor que no
conoce pero extraña. También podría ser que los leones sueñan, elefantes,
dragones de Cómodo, toda clase de animal, eso confirmaría que los sueños son
algo antropológico y animal.
Muchos sueños. Existen temporadas en las que sueño todos los
días, sueño y sueño, me convierto en una interminable cineteca que los proyecta
sin descanso. Me gusta soñar, creo que es un efecto que nos hace despertar a la
irrealidad que ignoramos cuando estamos despiertos, la irrealidad es parte de
nosotros, el sueño es la materia intangible para recordarla. Tanto pensar en
los sueños me hizo formularme una teoría.
La teoría del sueño. Soñamos
cosas, lugares, personas que son parte de los recuerdos de nuestros
antepasados, es decir, genéticamente se trasmiten memorias colectivas que se
manifiestan a través del inconsciente. Esa idea nace porque en mis sueños se
presentan lugares, personas, situaciones que me parecen familiares, tan
familiares pero a la vez tan lejanas e intangibles que no puedo fijar su
procedencia lógica.
La recreación del sueño. Recrear un sueño, siquiera contarlo es algo
muy difícil, porque los sueños están construidos de una materia inconsciente,
resulta difícil recrearlos en el consiente, José Manuel Aguilera en su libro Estambul Cuadernos Nocturnos recrea uno de sus sueños “Soñé un
lugar mítico que era el punto en el espacio y el tiempo donde se juntaban todos
los lugares que he amado… Y lo único que era una sola cosa siempre, el común
denominador que unificaba la coexistencia de todos esos lugares, era la
sensación de misterio de estar en este mundo. Igual despierto que soñando” de
alguna forma son ideas con una lógica deforme, pero con un sentido plural, al
leer esta recreación me hace experimentar sensaciones que entiendo.
Los sueños y la realidad. Los
sueños aletean como un pájaro torpe, tan torpe que nos contagia. En ocasiones
se experimenta una homogeneidad entre el sueño y la realidad, tal como le
ocurre a Stefhane Miroux de La
ciencia del sueño. En esta
película la realidad tambalea, pues los sueños de Stefhane poseen un poder tan
fuerte que lo hacen perder el control del mundo real, tanto de la realidad
consiente como de la inconsciente. Habla entre sueños, escribe en la realidad
que pensaba que era un sueño, se viste de perro, miles de cosas absurdas
acontecen en su vida, mientras él sueña que sólo está soñando, aunque en
realidad está moviéndose en la vida consiente. José Manuel Aguilera nos habla
de esto en Estambul “Eso que llamas realidad alguna
vez fue sólo un sueño” esta frase podría funcionar a la inversa.
Trompa de Mosca
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